El pasado sábado 12 de mayo, Harold Cuesta, cubano radicado en Uruguay, salvó la vida de un cliente en La Pasiva. Cuesta es licenciado en radiofísica médica, llegó a nuestro país hace cinco meses, y consiguió trabajo en el ya mencionado bar. De taquito a la mañana estableció contacto telefónico con él. «Vine a Uruguay por problemas económicos en Cuba, nada político», contó Cuesta. Salió de La Habana rumbo a Guyana (donde no piden visa), cruzó a Brasil de forma ilegal y luego entró a Uruguay por la frontera de Rivera.

Ese sábado, un comensal en La Pasiva tuvo un paro cardíaco. «Mis compañeros sabían que yo soy médico (…) Me gustaría visitar al paciente que se encuentra en el hospital, pero aún no he tenido noticias de él», dijo Cuesta. Cuesta aún no ha podido revalidar su título en Uruguay. «Me gustaría ejercer como profesional en Uruguay. No puedo viajar a mi país para validar mi título. La revalidación sale 2000 dólares», explicó.

(Foto: El País)