Del 18 al 20 de mayo, más de 60 bares y chiviterías de Montevideo participarán de una propuesta única, que además de acercar una de las delicias gastronómicas de nuestro país, premia a los comensales con un viaje a Rusia a ver a Uruguay.

Entre todos los que participen consumiendo chivitos ese fin de semana en los bares y chiviterías identificados y adheridos a la promoción, se realizará un sorteo de 1 viaje a Rusia para ver un partido de Uruguay en primera fase. Además sortearemos dos cuponeras de 40 chivitos y refrescos para utilizar en todo el 2018 en el circuito de bares participantes.

El evento se presentó el martes 15 de Mayo a las 11.30 en el BAR FACAL (18 de Julio 1249, equina Yi). El lanzamiento contó con la presencia de la ministra de Turismo, Liliam Kechichian, el Intendente Interino Óscar Curutchet, el Director de Cultura Sergio Mautone y el periodista Julio Toyos.

Hasta el momento, más de 61 comercios se han adherido al fin de semana que promete ser tradición, en este sentido, la Ministra de Turismo expresó «esta actividad es muy importante para el posicionamiento del destino y su cultura, observamos el compromiso de los operadores y estamos muy contentos con eso». La jerarca destacó la importancia de tener una oferta variada durante todo el año, en todo el país, y finalizó señalando que la principal fortaleza del país es su identidad, reflejada en este tipo de iniciativas.

Breve reseña histórica del chivito:

El chivito fue creado en la década de los cuarenta por Antonio Carbonaro, propietario del desaparecido restaurante «El Mejillón» de Punta del Este. El invento del chivito se produjo por «casualidad» y fue contado en varias oportunidades por Carbonaro: «Fue una noche complicada; habíamos sufrido un apagón. Cayó una clienta, creo que del norte argentino o chileno, que pidió carne de chivito porque antes de llegar a Punta del Este había pasado por Córdoba, donde la había probado y le había gustado mucho. Como no teníamos le preparamos un pan tostado con manteca, le agregamos una feta de jamón y un churrasquito jugoso. La mujer quedó encantada. Por suerte, salimos del apuro y, sin querer, inventamos el chivito».

La idea se transformó en un éxito, llegando el restaurante a vender mil chivitos por día. Dos carnicerías de Punta del Este mantenían su negocio sólo con la carne con la que aprovisionaban a El Mejillón. Nunca se llegó a registrar como marca.

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