El español se impuso por 6-4, 6-3, y 6-2 y consiguió su undécimo título en París.
El español Rafael Nadal, número uno del mundo y considerado el mejor tenista de todos los tiempos, volvió a hacer su leyenda más grande en el polvo de ladrillo. Después de una final que parecía peleada, el español aplastó al austríaco Dominic Thiem en la final de Roland Garros por 6-4, 6-3, y 6-2 y consiguió su título número 11 en París.
Con este triunfo, el de Manacor sumó el 35 Grand Slam de su historia. Nadal lleva ya 11 Roland Garros, un Abierto de Australia (2009), dos Wimbledon (2008 y 2010) y tres Abiertos de Estados Unidos (2010, 2013 y 2017). En total, 17, a tres del suizo Roger Federer.
Nadal se midió con Thiem (8) en la cancha central Philippe Chatrier del complejo ubicado en la zona parisina de Bois de Boulogne y salvo en el primer parcial, dominó a su oponente con contundencia en dos horas y cuarenta minutos de juego.
El español, de 32 años, llegó a la final tras haber dejado en el camino al italiano Simone Bolelli (129), al bahiense Guido Pella (78), al francés Richard Gasquet (32), al alemán Maximilian Marterer (70) y a los argentinos Diego Schwartzman (12) y Juan Martín Del Potro (6)
Thiem, por su parte, campeón este año en el ATP de Buenos Aires, accedió a su primera final de Grand Slam tras haber eliminado al bielorruso Ilya Ivashka (119), al griego Stanislas Tsitsipas (39), el italiano Mateo Berretini (96), el japonés Kei Nishikori (21), el alemán Alexander Zverev (3) y el también itálico Marco Cecchinato (72, la revelación del torneo).
En su vigésimo cuarta final de Grand Slam, la undécima en el Abierto de Francia, Nadal se topó con el que fue el año pasado su único verdugo en la gira europea de polvo de ladrillo y el único que le ganó en esta campaña en canchas lentas con su triunfo en los cuartos de final del Masters 1000 de Madrid. El zurdo de Manacor va por su 17mo. título de los grandes.
El primer set fue sumamente parejo y recién en el décimo game el campeón quebró el saque del austríaco para llevarse el parcial por 6-4. Ese hecho significó un derrumbe en lo emocional para Thiem, quien en pocos minutos, se vio 0-3 en el segundo parcial, que con total autoridad volvió a ganar Nadal, con un contundente 6-3.
El último segmento del partido fue un ‘concierto’ del triunfador ante un rival con arrebatos desesperados que acumuló muchos errores no forzados y una caída sin atenuantes ante el mejor de todos los tiempos en esta superficie.