Las largas filas, a veces con cientos de personas en los centros de votación, fueron una primera señal de lo que venía.

Pocas veces en México hay comicios tan concurridos. Durante uno de esos momentos, en 2000, el Partido Revolucionario Institucional (PRI) perdió el poder tras 70 años de gobierno.

Fue un momento inédito. Y ahora ocurre otro. El candidato de la coalición Juntos Haremos Historia, Andrés Manuel López Obrador (AMLO), ganó la elección de 2018.

Con el conteo rápido dándole como ganador y con sus rivales Ricardo Anaya y Jose Antonio Meade reconociendo su victoria, AMLO llamó a la reconciliación y al combate de la corrupción.

«El nuevo proyecto de nación buscará una auténtica democracia y no una dictadura abierta ni encubierta. Los cambios serán profundos pero con apego al orden legal», dijo.

Es la primera vez que en México gana las elecciones un candidato de izquierda. Pero el momento histórico que vive el país no es sólo por eso.

Cinco minutos después que cerraron los centros de votación, el oficialista Meadereconoció que no había ganado y le deseó éxitos a López Obrador.

Y casi enseguida hizo lo mismo el otro contendiente, Anaya. Ambos tuvieron un gesto que nunca se había visto en México: no sólo reconocieron su derrota en poco tiempo sino que además mencionaron el nombre del ganador y le desearon suerte.

La única vez que algo parecido ocurrió fue en 2000, cuando el PRI perdió el gobierno por primera vez.

En ese momento, casi a la medianoche, el entonces presidente Ernesto Zedillo reconoció la victoria de Vicente Fox.

Eso obligó al candidato de su partido, Francisco Labastida, a hacer lo mismo, pero en su discurso dijo que esperaría los resultados finales… Que se conocieron días después.

Otro elemento son los números. AMLO sería el presidente que cosecha más votosen la historia del país.

En la década de los 60 y 70, cuando el PRI ganaba todas las elecciones, sus candidatos presidenciales tenían altos porcentajes de votación.

Pero la cantidad de sufragios no era tan grande, en parte porque no existía una cultura de voto. La asistencia a las urnas era escasa.

Y también porque ahora la población del país es mayor. Se nota en el número de votantes registrados, más de 89 millones según el Instituto Nacional Electoral (INE).

El conteo rápido hecho público por el Instituto Nacional Electoral le daba más de un 53% de los votos.

Al inicio de la jornada de este domingo se esperaban unos 53 millones de votos.

Fueron varios millones más. Con una participación de alrededor del 63%, votaron unos 56 millones, aunque los datos finales se conocerán a lo largo de la semana.

La victoria del candidato pone fin a un modelo de gobierno que prevalecía por lo menos desde 1988.

A partir de ese año se forjó una especie de alianza de facto entre el PRI y el conservador Partido Acción Nacional (PAN).

Muchas de las reformas económicas que se aplican desde entonces surgieron de ese acuerdo.

Incluso el PAN gobernó el país entre 2000 y 2012. El cambio de partido no alteró el rumbo de México. Hasta ahora, dice Roy Campos, director de la empresa de opinión pública Consulta Mitofsky.

«López Obrador es un personaje que no se explica en el siglo XXI», dice a BBC Mundo.

«Su campaña fue antisistémica, representa el cambio radical, no el cambio de siglas, es algo radical».

Representa una nueva forma de hacer política en el país. AMLO es ante todo un luchador social que empezó su carrera en comunidades indígenas en el sureste.

Ningún presidente mexicano ha tenido ese perfil. El más cercano fue Lázaro Cárdenas (1934-1940), quien decretó una reforma agraria para repartir tierras a los campesinos.

Pero su formación era militar, pues fue general durante la Revolución mexicana.

Por eso la victoria de López Obrador es histórica, subraya Roy Campos.

«Sí es un gran cambio en México, tal vez el más importante en cien años».