En el incendio del Museo Nacional de Río de Janeiro se perdieron más de 20 millones de piezas reunidas a lo largo de 200 años.
El Museo Nacional de Río de Janeiro, que anoche se incendió provocando la destrucción de unos 20 millones de piezas, enfrentaba desde hace algunos años una crisis para poder mantenerse.
Según informó el portal G1 de Globo, el museo tenía un presupuesto, que dependía de la Universidad Federal de Río de Janeiro (UFRJ), de 550 mil reales (US$ 135.600) al año. Sin embargo, debido a la crisis económica que afronta Brasil, desde hace tres años se mantenía con el 60% de ese monto, es decir 330 mil reales (US$ 81.370).
Con ese presupuesto tenía que conservarse el quinto mayor acervo científico del mundo, recolectado desde 1818, cuando el museo fue inaugurado por el rey Juan VI de Portugal con el nombre de Museo Real.
La falta de recursos para sostener semejante colección científica llevó a que el museo organizara una colecta virtual para poder reabrir su sala más importante, en la que se encuentra el fósil de dinosaurio conocido como Dino Prata.
En 2015, la UFRJ no pudo pagar los exámenes de los seis estudiantes de Maestría y Doctorado del postgrado de Antropología Social, que realizaban tareas en el museo.
Investigadores, profesores y alumnos de la universidad convocaron a una protesta en el exterior del edificio destruido, para protestar por la falta de recursos.
El ministro de Cultura de Brasil, Sérgio Sá Leitao, en el cargo desde julio de 2017, reconoció que «la tragedia podría haber sido evitada», explicó que los problemas del museo «se fueron acumulando a lo largo del tiempo» y recordó que en 2015, en el gobierno de la izquierdista Dilma Rousseff, «fue cerrado por falta de recursos para su mantenimiento».