Es la nueva modalidad de estafa en la red y ha llegado con fuerza a Galicia. La Guardia Civil ha detectado la proliferación de un delito que afecta ya a una decena de personas, solo en la provincia de A Coruña, pero que se extiende por todo el territorio. Al contrario de lo que sucede habitualmente, el perfil de la víctima cambia de forma radical. Si en las transacciones en la Red, los estafados suelen ser los compradores, este nuevo delito afecta a aquellos que venden. Personas que ofertan un producto en conocidas páginas de compraventa.
La alarma saltaba después de un reciente caso hecho público por la Comandancia de la Guardia Civil de A Coruña. La víctima es, en este caso, una persona joven a la que le sustrajeron unos 11.000 euros de su cuenta bancaria. Lo hicieron a través de 11 cargos de aproximadamente 1.000 euros cada uno.
Cargos en cuenta
¿Cómo consiguen esto los estafadores? De la forma más sencilla e increíble a la vez. «Son grupos organizados que contactan normalmente con gallegos de mediana edad y mayores. La víctima es el vendedor, que suele ofertar productos no tecnológicos, como vehículos o maquinaria agrícola», explica Alberto González, responsable del Equipo de Estafas Telemáticas de la Guardia Civil de A Coruña. ¿Qué sucede después? El estafador acepta el precio del producto en venta. «No negocian la cantidad, quieren pagar lo pactado y, al facilitarle la cuenta bancaria para hacer la transferencia, le dice al comprador que no se lo permite». A continuación, empieza el retorcido engaño. El estafador le pide a la víctima el número de su tarjeta de crédito, incluido el código de seguridad. «Aunque suene increíble, muchas personas lo hacen. Desde ese momento, en cuestión de minutos, empiezan a comprar con la tarjeta del afectado. Estas estafas se suelen dar en el rural porque el autor del delito entiende que el vendedor no conoce bien estas tecnologías. El estafado es una víctima, aunque ellos mismos hayan facilitado sus datos».