Soledad Barruti, periodista argentina, visitó «De taquito a la mañana» para hablar sobre su libro «Mala leche».

«Todos tenemos curiosidad y sospechas de qué es bien lo que comemos. A mis inquietudes como periodistas se suma que soy mamá. Empecé a observar más lo que comía mi hijo más grande», dijo.

«Como padres compramos comida que creemos que es lo mejor posible: yogurt, cereales, las mejores galletitas posibles. Pero si miramos bien esas comidas tienen muchos aditivos que ocultan grandes cantidades de azúcar», explicó la periodista.

Barruti dedica gran parte de su libro a los lácteos. «La leche se le pone a todo lo que está relacionado al mundo infantil, que en realidad a veces es leche en polvo, o una transformación de ese alimento que está muy lejos de lo que es la leche recién ordeñada», dijo.

«Hubo algunas empresas que aceptaron darme entrevistas, otras que nunca me devolvieron los llamados. Las empresas producen alimentos con la misma lógica que el que produce zapatillas: buscan lo que venderán más», dijo.

«Hay gente realmente cree que un postre lleno de azúcar e inyectado con vitaminas es igual o hasta mejor que un alimento natural. Plantean que una madre no sabe cuánto darle de tal vitamina a su hijo, pero un producto ultraprocesado tiene la medida justa», explicó.

Los ultraprocesados son preparaciones industriales comestibles que estimulan el apetito de manera artificial. Entran en ese grupo también las bebidas azucaradas, los precocinados, los cereales refinados, las pizzas, las barritas energéticas, etc.

«El supermercado es una gran trampa porque el 80% de las cosas que ofrecen no las necesitas. Tenemos que volver al puesto de barrio, a la feria, consumir alimentos que son un ingrediente en sí mismo, que no tengan ingredientes», dijo la periodista.