Momo se ha convertido por excelencia en el reto que busca la autolesión de los menores. Se trata de una extraña criatura con forma de mujer e incita a los niños a que se autolesionen con frases tales como: “toma un cuchillo de cocina y córtate las manos”; “si no lo haces, voy a ir a por ti”; “Momo te está vigilando”; “haz lo que yo te diga”, etc.

El psicólogo y experto en nuevas tecnologías, Roberto Balaguer, entre otras cosas, recomienda a los padres no mostrarles a los niños una imagen del personaje y plantearles que no existe. En Código Virtual fue consultado al respecto, donde respondió varias de las preguntas, en virtud de aclarar la situación a la audiencia en general, pero principalmente a padres; qué precauciones se deben tomar.

Además agrega que es un llamado de atención para los padres, para que evalúen qué cantidad de tiempo los niños están frente a dispositivos electrónicos y si ofrecen alternativas de juegos.

Momo corresponde a la obra de un artista japonés que exhibió el arte del horror. Estas fotos comenzaron a propagarse fomentando el suicidio, y ahora vuelven en forma de juego o apuesta viral. La obra original llamada Madre Pájaro fue realizada en 2016 y se exhibió en una galería de arte alternativo de Tokio.

Estaba prohibido tomar fotos de las obras de arte en la galería, por eso la administración se sorprendió  mucho cuando fue descubierto que alguien había tomado esa foto y la había utilizado de esta manera. Su creador Keisuke Aiso, de 43 años, señala que se siente “la responsabilidad” por aterrorizar a los niños después de que su trabajo fue secuestrado por unos psicópatas en línea para usarlo en el llamado “Desafío Momo”.

Antes era masivamente difundido por WhatsApp, pero actualmente, uno de los vídeos que más aparece en forma de irrupción a videos infantiles en Youtube es el de la canción Baby Shark Dance. Allí aparecen unas imágenes de la figura de Momo diciendo: “quiero jugar contigo, busca un cuchillo en la cocina de mama y córtate tus manitas”.

ANTECEDENTES

En abril de 2017, el juego denominado «La ballena azul» hizo saltar las alarmas por los peligros que significaba para los más jóvenes, a los que incitaba a quitarse la vida. En Uruguay se han detectado al menos siete casos de niños y adolescentes que se autoinfligieron heridas y tuvieron que ser hospitalizados tras participar de La Ballena Azul. El juego propone a sus participantes realizar 50 desafíos para cumplir, finalizando la lista con el suicidio.

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