Informe de Lucía Betancur:

Luego de 11 años, la joven que ahora tiene 19, le confesó a su madre que fue abusada por su padrastro desde los 8 a los 14 años. Admitió que no le contó antes, porque no quería generar más problemas a la pareja que tenía episodios de violencia doméstica.

En diciembre de 2018 la joven, perdió el miedo y le contó a su madre quien se comunicó con el imputado que reconoció los hechos y manifestó ser un “monstruo”. Se mostró arrepentido y liberado de poder aclarar los hechos. El pasado 3 de abril, presentó una denuncia policial contra él, porque el imputado se acostaba en su cama, “le tocaba la cola, las piernas y se masturbaba”, redacta el expediente en manos de Fiscalía.

La niña vivía junto a su madre y un hijo de la pareja de un año, confiesa que temía que a su hermanastro le sucediera lo mismo. El hecho sucedía de forma reiterada sobre todo cuando su madre no estaba. Cuando no tenía donde ir, aguardaba unos minutos para evitar esos episodios, pero ocurrieron hasta los 14 años de la joven, cuando la pareja se separó.

La Fiscal de Delitos sexuales de 3º Turno Sandra Boragno determinó la condena para R.J.S.A de 35 años y ocupación policía, sin antecedentes penales a 2 años y 8 meses de penitenciaría por reiterados delitos de atentado violento al pudor en calidad de autor.

El defensor de oficio admitió no tener ninguna objeción. Previamente en Fiscalía, el defensor y la fiscal llegaron a un acuerdo: la fiscal pidió 4 años de pena pero negociaron en poco más de la mitad.

La condena la cumplirá 2 años de forma efectiva y 8 meses en régimen de libertad vigilada con uso de tobillera a 500 metros de distancia en relación a la víctima y obligación de cumplir programas de tratamiento de rehabilitación psicológica que pueda corresponder a las situaciones vinculadas a temas de abuso sexual, entre otras disposiciones (como cierre de frontera).

El defensor de oficio, Sebastián Puppo, admitió que es una «situación atípica» porque el imputado podría haber ocultado los hechos, pero afirma que quiere recuperarse. Solicitó al juez una recomendación al Instituto Nacional de Rehabilitación para trasladarlo a una dependencia del interior. El imputado alega que hace dos años tiene tratamiento psiquiátrico y eso podría agravar su situación.

El juez sugirió que no sea derivado a los establecimientos de Comcar, Canelones, Maldonado y Penal de Libertad, y que se analice la viabilidad de su derivación a Colonia, Flores, San José u otra unidad del interior que permita abordar el tratamiento adecuado a la imputación.

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