A pesar de la baja de Dwayne Davis, Aguada derrotó a Malvín 90-87 y colocó la serie final 2-0. El aguatero apareció en el peor momento, y tras ir perdiendo casi todo el partido lo dió vuelta pa quedarse con un puntazo.
(Foto: Paulo Petkoff – Doble y Falta)
Parejo, entretenido y goleado era el comienzo del encuentro. El aguatero, al igual que juegos anteriores, lástimaba a partir de rompimientos que terminaban, tras una descarga, en tiros desde más allá de los 6.75. Malvín, por su parte, volvía a poner la pelota cerca del aro con Blair y Passos. En los siguientes minutos del cuarto el goleo bajó. Aguada no pudo tirar con tanta comodidad. Mientras que el elenco playero se acomodó mejor en el final. Millsap gravitó, y tras un tremendo triple, desde su propio campo y sobre la bocina, terminó el parcial 24-19 arriba.
Los cambios de Volcan no daban sus frutos, la línea perimetral compuesta por Bavosi, Pereiras y Demián Álvarez no generaban oportunidades de tiros favorables. El playero aprovechaba la conformación del quinteto de su rival, y con buenos aportes de Santiso y Mazzarino sacaba la máxima de 11 puntos. El equipo de la avenida San Martín intentó reaccionar, colocó un par de triples consecutivos pero de poco sirvieron. Millsap estaba mostrando su mejor cara desde que llegó a Uruguay, y con el norteamericano como figura, Malvín terminó el primer tiempo, 49-37 arriba en el score.
Se jugaba el complemento, y lo que se veía era más de lo mismo. Aguada no estaba en una buena noche de ofensiva, la ausencia de Davis no pasaba desapercibida, la dependencia de lo que pueda generar Al Thornton posteandose, era tanta, así como negativa. Malvín, al promediar el cuarto abría la máxima renta de 16 puntos de renta. Los dirigidos por Volcan intentaban la remontada, y Federico Pereiras colocaba un par de triples. De todos modos, de poco servían. El equipo de la avenida Legrand leía cada ofensiva de manera exitosa. A Blair sus rivales no lo podían defender, y sus compañeros se la daban, una y otra vez, para que el ex NBA lastime. El tercer parcial terminaba con ventaja de 73-60.
El epílogo no podía arrancar de mejor manera para el rojiverde. Cinco puntos consecutivos de Joaquín Rodríguez y luego, otros cuatro de Taboada, hacían que el aguatero se coloque a tan solo seis puntos a poco más de tres minutos de comenzado el cuarto. Malvín estaba nublado, en ataque forzaba por demás, y en defensa sufría las permanentes penetraciones de Taboada, que estaba jugando en modo “play station”. El partido estaba hermoso, atravesaba por su mejor momento, la paridad volvía y la gente de Aguada deliraban en el hermoso Antel Arena. Cuatro puntos arriba, los dirigidos por López desaprovecharon un par de situaciones para aumentar la renta. El aguatero lo iba a aprovechar eso, y de que manera. Con todo el empuje de su parcialidad y a falta de 40 segundos para el final, iba a pasar por primera vez luego de estar arriba en el primer cuarto. En los últimos segundos pasó de todo. Aguada estaba tres puntos por delante y la pelota la tenía el azul de la playa. Souberbielle primero, y luego Santiso, fueron quienes tuvieron en sus manos la posibilidad de igualar el juego y mandarlo al suplementario, pero ambos fallaron.
(Por Rodrigo López Pisciottano – La Oral Deportiva)