Antonio Ladra, en su espacio “Lugar a dudas” en Fuentes Confiables, analizó la repercusión del término «dictadura» en el gobierno de Maduro y la interna del Partido Colorado.
Una semana a todo trapo. Vamos por orden. El pasado fin de semana Daniel Martínez, José Mujica y Danilo Astori dijeron la palabra mágica: dictadura, al referirse a Venezuela y la interna de la coalición gobernante estalló.
Las principales críticas llegaron del Partido Comunista, el PVP y la lista 711 que orienta Raúl Sendic. El secretario general del PCU Juan Castillo y el precandidato Oscar Andrade se expresaron sobre el tema.
“No compartimos las opiniones; sobre Venezuela tienen derecho a opinar lo que quieran y nosotros a decir que no coincidimos”, dijo Castillo al diario El País.
Andrade por su parte uso su cuenta de Facebook y tildó de “irresponsable” a Martínez por fijar posición sobre Venezuela en redes sociales y en notas de prensa el líder comunista preguntó enojado “¿por qué nadie le pregunta por los asesinatos de periodistas en Honduras o las violaciones de los derechos humanos en Guatemala o por los ambientalistas asesinados en Brasil o dirigentes sindicales muertos en Colombia?
No es cierto lo que dice Andrade que no hay preocupación de los periodistas uruguayos y de los medios en esos casos. No se le pregunta a él porque no es la persona adecuada para preguntarle. Así de sencillo.
Pero sí, a Andrade, a todo el Frente Amplio y la izquierda en el general en todo el mundo se le pregunta por Venezuela porque el chavismo fue puesto de ejemplo por esa izquierda, porque la revolución bolivariana fue presentada como un nuevo faro, como un ejemplo a seguir, como ocurrió en su momento con la revolución sandinista que ha derivado ahora también en graves violaciones de los derechos humanos.
Y se le pregunta al Frente Amplio porque han sido los gobiernos de izquierda los que han recibido en su momento petrobolívares o se han hecho negocios de todo tipo.
Cuando las izquierdas habían perdido fuelle encontraron en Chávez y en Maduro a los nuevos líderes, muy sui generis ellos, que los hacia reencontrarse con la liturgia revolucionaria tan alicaída en estos tiempos.
Por eso se le pregunta a Andrade y a los líderes de izquierda qué piensan de Venezuela, más ahora tras el lapidario informe Bachelet
¿Qué dice el informe de la ex presidenta socialista de Chile?
La alta comisionada de la ONU para los Derechos Humanos hizo un detallado informe donde queda claro el accionar de las Fuerzas de Acciones Especiales (FAES) creadas por Maduro en 2017.
Allí se habla de 5.287 personas asesinadas por las FAES, solamente en 2018. Son ejecuciones extrajudiciales de opositores que en los primeros cinco meses de 2019 han arrojado 1.569 muertes.
Como lo fue Videla o Pinochet, Maduro usa las desapariciones asesinatos, y luego acosan a los familiares de las víctimas para evitar las denuncias.
Súmese la crisis humanitaria que mata de hambre y despedaza al país caribeño. Se estima, según datos de organismos internacionales, que el éxodo llegará los siete millones de desplazados para 2020.
El gobierno uruguayo acude a la realpolitik para no condenar a Venezuela y está bien. La negociación es la mejor arma para derrotar a quien hoy a ojos vista no tiene la razón por mas declaraciones que se saquen a la luz pública.
En medio de este tironeo interno en el Frente Amplio, que no es el único, la consultora Equipos dio a conocer su primera encuesta sobre intención de voto luego de las internas. Si se compara este sondeo con el realizado tres meses antes de las elecciones de 2014, la suma de las preferencias por los partidos Nacional y Colorado es casi la misma (40% antes, 41% ahora). El Frente Amplio tiene ahora 12 puntos menos (42% antes y 30% ahora). El resto de los partidos ha crecido siete puntos (de 2% a 9%), sobre todo debido a las preferencias por Cabildo Abierto, que postula a Guido Manini Ríos que antes no estaba y registra actualmente, según Equipos, 6%. El escenario está abierto, nada está dicho.
Y donde está revuelto el avispero es en el Partido Colorado. El espíritu de Jorge Batlle está rondando.
Es el jingle de Batlle para las elecciones de 1989… ¿Por qué lo traigo?
Pedro Bordaberry tenía ganas de dejar en suspenso su anunciado abandono de la actividad política. Consultó a Ernesto Talvi y Julio María Sanguinetti y ambos le bajaron el pulgar.
Otra vez se dio el gran regreso del rebanador de brazos.
Esto viene desde el año 1988, un año antes de las elecciones nacionales, cuando Sanguinetti rompió su apoyo a Jorge Batlle y respaldó la candidatura presidencial de su vicepresidente, Enrique Tarigo. Así el «Batllismo Unido» se dividió en Foro Batllista (sanguinettistas) y Lista 15 propiamente (jorgistas). En aquel momento Batlle que esperaba el apoyo de Sanguinetti para ser candidato a la presidencia lanzó una frase que se haría célebre: “Siento como si (Sanguinetti) me hubiera arrancado el brazo derecho, sin anestesia”, dijo.
Ahora, 31 años después, Bordaberry volvió a utilizar esa metáfora para dirigirse a Julio Sanguinetti. Se supone que a Bordaberry también le arrancaron el brazo derecho, al no avalar que se presentara como candidato al Senado con el apoyo de los principales del Partido Colorado.
Pero más allá de todo, el veto a Bordaberry está dentro de la lógica política-electoral dado que Sanguinetti y Talvi están cuidando sus respectivas chacras.