Alejandro Giménez, columnista de historia, presentó en De taquito a la mañana la historia de la residencia de Suárez y Reyes.
“La residencia de Suárez y Reyes es un lugar icónico y responde a la misma situación de la construcción del Palacio Legislativo”, narró el columnista.
“La residencia la manda hacer la familia Fein Lerena, se la encarga al joven arquitecto Juan María Aubriot, que terminó la obra en 1908”, contó.
“Hasta el 1925 hay gran influencia alemana en esta casa. En ese año, los jóvenes Luis Batlle Berres y Matilde Ibáñez Tálice se conocieron paseando frente a esta residencia. Y fue por eso que eligen esa casa como residencia, en honor a su amor”, explicó Giménez.
“Martínez Trueba vivió ahí. Sin embargo nadie vivió allí en la época del colegiado. En democracia, allí residieron los presidentes Sanguinetti, Lacalle Herrera y Batlle”, dijo.
“Una anécdota es que hay una calle dentro del predio. Esto surgió porque le hicieron saber a Pacheco Areco que lo estaban vigilando, entonces él envía a cerrar esa calle y la calle pasa por dentro de los jardines de la residencia”.
“Otra es que venía, en el gobierno de Sanguinetti, un mandatario extranjero que tenía problemas de próstata y no iba a venir porque en la planta baja no había baño. Es así que se hizo un baño en la planta baja de la residencia en cuatro días, tiempo récord”, contó Giménez. «Ese mandatario extranjero era Fidel Castro».