Rocío Bazán pasó por los micrófonos de Jarana y nos habló sobre su espectáculo llamado «Intrépida», su historia y lo que traer desde España

Foto: Gabriel Delbono

El canto en la sangre


«Mi bisabuelo cantaba de una manera tremenda pero no se dedicó profesionalmente. Gracias a él y a su trabajo que desempeñaba como marinero, ese barco en el que se montaba para faenar y traer pescado fresco, viajó por varios puertos en los que escuchó los cantos antiguos de la época que luego traía a casa. Lo exteriorizaba por las calles de su pueblo».


«A mi bisabuelo no lo conocí pero mi abuela hablaba de él, cómo cantaba, el poderío de su voz… Ella cantaba de maravilla también, fue su sucesora y calcó los cantos tal cuál él se los enseñó. Ahí nacieron tres hijas maravillosas, una fue mi mamá y las tres cantaban también. Siempre se escuchó canto en casa y vivimos con esa tradición. Para mí el flamenco es la banda sonora de mi vida. Desde que me parió mi madre me sentía cantora con el calor de su sangre».


«La gente me decía ‘madre mía cómo cantaba tu abuela, cuando cantaba se paraba el sol’. Eso mantiene mi espíritu vivo y soy consciente de donde vengo. Tengo que mantener esa tradición, para eso vine al mundo y para poder mostrarme como una mujer de esta generación, en la que las mujeres tenemos la capacidad de decidir lo que se nos de la gana. Mi abuela pudo ser cantante y no lo hizo porque mi bisabuelo no quiso, decía que no era una vida digna para una mujer».

Intrépida: más que espectáculo, convivencia


«Me gustaría llamarlo convivencia porque de todo se aprende. Uno va a compartir algo y alguien te pregunta cosas que no te habías puesto nunca a pensar. Es más bien una tertulia. Intrépida tiene como fondo, como contenido más sentimental, lo que yo vengo arrastrando desde mis ancestros».


«Compartir esto es una responsabilidad tremenda. Ayer compartía una publicación en la que decía que ojalá mis ancestros se enorgullezcan de mí, porque vengo con todo el corazón y toda la humildad de querer dar todo lo que tengo, de que el nombre de mi familia en ningún momento quede manchado».