El 14 de junio de cada año se celebra el Día Mundial del Donante de Sangre para agradecer a los donantes voluntarios no remunerados y concienciar de la necesidad de hacer donaciones regulares para garantizar la calidad, seguridad y disponibilidad de sangre y sus productos.

Las transfusiones de sangre y sus productos ayudan a salvar millones de vidas al año. Contribuyen a que pacientes con enfermedades potencialmente mortales vivan más tiempo con mejor calidad de vida, y posibilitan la realización de intervenciones médicas y quirúrgicas complejas. Asimismo, tienen una función vital en la atención maternoinfantil, el embarazo y las respuestas de emergencia a los desastres naturales o causados por el hombre.

Grecia, por intermedio del Centro Nacional Helénico de Sangre, será el país que acoja el Día Mundial del Donante de Sangre 2018. El evento mundial se celebrará en Atenas el 14 de junio de 2018.

Para la Región de las Américas, la sede será la República Dominicana. Con este gesto, se reconoce el esfuerzo hecho en los últimos años por dicho país en materia de organización de los servicios de sangre, con la creación del primer hemocentro regional en el país que busca fortalecer las redes integradas de servicios de sangre para garantizar la disponibilidad y acceso oportuno a sangre segura para toda la población que lo requiera.

Objetivos de la campaña de este año

  • homenajear y agradecer a los donantes de sangre y alentar a quienes todavía no han donado a que lo hagan;
  • concienciar de que la donación es una acción altruista que beneficia a toda la sociedad y de que solo se puede conseguir un suministro suficiente mediante la donación regular, voluntaria y no remunerada;
  • destacar que es necesario comprometerse a donar durante todo el año si se quiere mantener un suministro suficiente y lograr la autosuficiencia nacional;
  • centrar la atención en la donación como manifestación de la participación de la comunidad en el sistema de salud y en la importancia de dicha participación en el mantenimiento de un suministro de sangre suficiente, seguro y sostenible;
  • fomentar el valor de la donación de sangre como factor de solidaridad comunitaria y cohesión social y de estímulo a que nos cuidemos unos a otros;
  • fomentar la colaboración internacional y garantizar un consenso mundial con respecto a los principios de la donación voluntaria no remunerada para incrementar la seguridad de la sangre y su disponibilidad.