La repetición de las elecciones generales no solo ha complicado aún más las posibilidades de formar gobierno del PSOE, pese a anotarse una nueva victoria, sino que los resultados del Senado le han arrebatado la mayoría absoluta que alcanzó en la cámara baja en los comicios de abril y de mayo, a causa de la recuperación del Partido Popular, lo que obligará a ambos partidos a alcanzar pactos para asuntos tan relevantes como la renovación del Consejo General del Poder Judicial y del Tribunal Constitucional o una posible aplicación del artículo 155 de la Constitución.

Con el 99,74 % de los votos al Senado escrutados, el PSOE obtiene 92 escaños en la cámara baja de las Cortes, frente a los 123 de abril, lo que, sumado a los 16 senadores socialistas por designación autonómica, le coloca con 108, muy lejos de los 133 que marcan la frontera de la mayoría absoluta.

El PP, por su parte, se hace con 84 senadores, por los 54 que consiguió hace medio año, y añade otros 14 elegidos por los parlamentos autonómicos, lo que le deja un total de 98, aún como segunda fuerza, aunque suficiente para impedir la mayoría socialista de la última legislatura. La formación de Pablo Casado se beneficia, en este sentido, del hundimiento de Ciudadanos y de la decisión de Vox de presentar únicamente un candidato al Senado en cada provincia, lo que ha permitido que la derecha concentre el voto en los candidatos populares.