«Investigaremos por qué hubo presunta omisión de asistencia», explicó la fiscal Silvia Ferreira sobre el caso de la adolescente embarazada asesinada por su pareja Policía.

Manifestó que «fue un hecho muy grave». Afirmó que el tema fue «complejo para calificar», pero que «la fiscalía, en las 48 horas que trabajó, valoró indicios y evidencias para imputar un delito de homicidio muy especialmente agravado por femicidio en concurso por un delito de aborto».

Comentó que «en primera instancia parecía que se trataba de un accidente. Él en todo momento manifestó que se le había disparado sin querer el arma».

Explicó que «siempre diciendo que fue un accidente, nunca cambió la versión. Siempre dijo que se estaba colocando el correaje, que puso el cargador en la pistola, que se olvidó que tenía una bala en la recámara, apretó el gatillo y disparó».

Asimismo señaló que «con todo el trabajo muy bueno que hizo la Policía Científica y escuchando peritos e instructores de tiro que nos explicaron cómo funcionan las armas, además de un contexto que se analizó de la víctima», se confirmó y lo calificaron como homicidio.

En cuanto a los testigos, expresó que «los vecinos no aportaron mucho, hicieron más alarde a la prensa». Afirmó La parte técnica fue fundamental. Cuando el instructor nos explicó cómo funciona el arma. La única forma que se dispara el arma es accionando el gatillo». «El arma de él estaba con una bala en la recámara, por eso era solo accionar el gatillo (…) Para apretarlo y disparar hay que hacer fuerza, no es solo rozarlo».

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La fiscal informó que al detenido se le hizo espirometría «la misma noche, porque es en primera instancia la prueba que le podemos hacer» y que tienen resultado en inmediato. Sin embargo, «también se le extrajo sangre, para hacerle examen de alcoholemia y droga, pero como no tenemos para hacerlo rápidamente no tenemos el resultado», explicó.

Ferreira indicó que «no había denuncia de violencia» pero sí «había un contexto que finalmente surgió. Se presentó la madre y una amiga que relataron una serie de incidentes. Realmente la chica vivía en un contexto de violencia».

En cuanto al ojo morado de la víctima, la fiscal explicó que la madre «tuvo contacto con el cuerpo de la hija muchas horas después y luego de que se hizo la autopsia». Tuve contacto con el médico forense y ella no tenía marcas de golpes. Los ematomas y derrames que constató la madre se debían a la lesión de herida de bala».

Consultada por la posible pena al detenido, comentó que «en este momento no puedo hablar de penas. Se pidió 180 días de prisión preventiva», pero contó que «tenemos antecedentes en otros casos similares que han salido penas de 25 o 28 años».

Explicó que «el aborto sin consentimiento no quise dejar de ponerlo porque me parecía que no era menor el hecho de que hubiera dado muerte también al feto».

Ferreira afirmó finalmente que «se maneja una pena entre 20 y 25 años, en caso de que salgan todas las pruebas. Hay que probarla, no solo hay que tener los indicios como ahora».