El contador Julio Carzoglio analizó en Punto de Encuentro el documento que envió el presidente de la República, Luis Lacalle Pou, para impulsar obras y combatir el efecto del Covid-19. Plantea solucionar «los problemas de siempre de la obra pública»: cómo se financia y cuánto se demora.

Si el Estado es quién lleva adelante la construcción en forma directa, los tiempos son los que establece el Estado que «son tiempos lentos», debido a la gran cantidad de burocracia a atravesar. El planteo de Lacalle Pou propone que el financiamiento sea rápido y distribuye los riesgos.
El financiamiento de estas obras provendrá del Fondo Infraestructura Coronavirus. Este fondo se abastecerá de financiamiento bancario, financiamiento -eventualmente- por la vía de emisión de deuda a través de los fondos de las Afaps, organismos multilaterales. «Es decir, la forma de financiamiento termina siendo la misma, pero al hacerse a través de un fideicomiso, el impacto en las cuentas fiscales es cuando el Estado termina afectando efectivamente», indicó el contador.
El objetivo es ser un dinamizador de la economía, pretender «que la cosa se empiece a mover y eso genere otros beneficios económicos colaterales». No afectará a las cuentas públicas en forma inmediata, pero «lo paga siempre el mismo bolsillo».
Carzoglio apuntó las similitudes entre el agro y la construcción; el agro nunca paró durante la pandemia y la construcción fue lo primero en volver a la actividad.
Escuche la columna de Julio Carzoglio en Punto de Encuentro.