Este martes falleció el ex jugador y entrenador Alejandro Sabella. El triste desenlace se dio luego de casi dos semanas de internación. El jueves 26 de noviembre Sabella fue internado en un nosocomio privado de la Capital Federal luego de sufrir una descompensación en su casa. Tras varios días de internación, y a un paso de recibir el alta médica, se vio afectado por un virus intrahospitalario, lo que hizo que el cuadro empeorara.
Tras eso, fue destinado a la unidad de cuidados intensivos y le fue colocado un respirador artificial, mientras se aguardaba su evolución para ser trasladado a una sala común primero para luego recibir el alta. Lamentablemente, eso nunca sucedió.
Alejandro Sabella nació el 5 de noviembre de 1954, en Capital Federal. Hizo las inferiores en River, donde era elogiado por todos y se tenían depositadas en él muchas expectativas. Ser contemporáneo a Norberto Alonso le quitó buena parte de las chances de afianzarse en la primera del Millonario. A pesar de eso, producto de su calidad y su juego, fue vendido a Inglaterra. En una época donde no era habitual que se dieran transferencias al viejo mundo, y más aún, a Gran Bretaña, Sabella aprovechó a la perfección el interés de los ingleses por los argentinos (tras el Mundial 1978 el Tottenham se llevó a Osvaldo Ardiles y Julio Villa). Ese año, Sabella fue transferido al Sheffield United, que en ese entonces jugaba en el Ascenso) y luego pasó por el Leeds United, en la máxima categoría.
En 1981 volvió al país para jugar en Estudiantes, de la mano de Carlos Bilardo, en un equipo que deslumbró a todos, logrando dos títulos (el primero con el Doctor en el banco, el segundo con la conducción de Eduardo Manera). Aquel mediocampo de Trobbiani, Russo, Ponce y Sabella es aún hoy recordado.
Con algunos partidos jugados en la Selección Nacional con Bilardo como DT, y un paso fugaz por Gremio de Porto Alegre, Sabella volvió a Estudiantes y luego se retiró en Ferro. Tras eso, llegó su etapa como entrenador. Se acopló a Daniel Passarella y fue uno de sus hombres de confianza en River, en el primer lustro de los 90. Junto a Américo Gallego era uno de los ayudantes de campo del Kaiser, y a su vez, conducía la Reserva. En ese equipo, contribuyó a la etapa final de la formación de jugadores de la talla de Matías Almeyda, Hernán Crespo, Pablo Lavallén y Marcelo Gallardo, quien siempre ha tenido palabras muy elogiosas para con Sabella.
Ya fuera de River, acompañó a Passarella en la Selección Argentina, en la de Uruguay, en el Parma, en Rayados y en Corinthians. Luego, se abrió camino, y con sus compañeros (defensores) de Estudiantes en los 80 Claudio Gugnali y Julián Camino conformó el Cuerpo Técnico que llevó a la cima de América a Estudiantes en 2009 y conquistó el Apertura 2010. Además, le jugó de igual a igual al Barcelona de Messi y Guardiola en 2009 en el Mundial de clubes y desarrolló períodos de alto vuelo futbolístico en todo ese tiempo, pero sobre todo en el primer semestre de 2010, cuando peleó el torneo con el Argentinos Juniors de Claudio Borghi, y lo perdió sobre el final.
Tras eso, la historia más conocida por el mundo: Fue el DT de la Selección en el Mundial 2014, llegando a la final tras 24 años. Una vez terminada la participación de Argentina y sin continuar en el cargo, se alejó de las grandes luces del fútbol. Ya en 2016 se vio afectado por un cáncer que lo alejó del ambiente por completo. Últimamente, se lo podía ver en algunos partidos de Estudiantes y en pocos eventos sociales.
Cultor del perfil bajo, admirado por propios y extraños y valorado por quienes supieron ser sus “alumnos”, tal como él se refería muchas veces a los jugadores, ha partido de este mundo alguien que dejó una huella indeleble en el ambiente futbolero argentino y americano. ¡Hasta siempre, Alejandro!
Fuente: La Oral Deportiva