El pasado 15 y 16 de mayo, Chile eligió a los 155 miembros que desde finales de junio, comenzarán a trabajar para redactar la nueva Constitución, la cual será sometida a plebiscito a mediados de 2022 para ser aprobada o rechazada. La Convención Constituyente tendrá entre 9 y 12 meses para presentar el nuevo texto constitucional.

En el plebiscito nacional del 25 de octubre de 2020, los votantes -además de mostrarse a favor del cambio constitucional- decidieron que el tipo de órgano encargado de redactar la nueva constitución deberá ser con representación convencional y no mixta. Esto significó que los miembros serían elegidos popularmente, y no integrada en partes iguales por independientes y parlamentarios.

Además de las participaciones de candidatos independientes, se obtuvo representación de pueblos originarios y paridad de género, dejando al oficialismo con poco margen de influencia en la redacción del texto. Entre los elegidos, se evidencia un importante número de trabajadores del mundo cultural.

Nadie Se Atreve se comunicó en su Pasaporte Sellado con la periodista chilena Bárbara Pinela, quien detalló y explicó la importancia de este proceso en la historia política del país, ya que podría dejar sin efecto la vigente constitución aprobada el 8 de agosto de 1980 durante la dictadura militar del general Augusto Pinochet.

«La Constitución vigente no contempla derechos esenciales. El agua no es un derecho, tampoco la electricidad ni la educación. Intentar legislar sobre estos asuntos era inconstitucional (…) Si bien se le hicieron reformas, los temas coyunturales, los que son de interés para la sociedad, no se tocaron», aclaró.

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