La Federación Internacional de Futbolistas Profesionales (FIFPro), mantuvo una reunión en carácter de urgente llevada adelante por agremiaciones de futbolistas de los 10 países participantes de la Copa América en el continente, luego de diferentes declaraciones respecto a la preocupación que significa disputar el certamen en Brasil, con la pandemia en su etapa más delicada en Sudamérica.

Sin embargo, el comunicado emitido solamente hizo referencia a respaldar la decisión personal de cada jugador si desea no participar con su selección para que no sea sancionado, pero no una postura contundente de tomar postura en contra de la realización:

COMUNICADO COMPLETO:

FIFPRO expresa serias preocupaciones con el proceso tomado para reasignar la Copa América, que incluyó decisiones tardías y el anuncio de una nueva sede apenas unos días antes del inicio del torneo.

La decisión no sólo fue tomada en corto plazo, sino que el nuevo anfitrión cuenta con un número alarmante de casos de COVID-19, lo que requiere una muy buena y anticipada preparación. El breve plazo en que la iniciativa fue confirmada podría conllevar graves consecuencias para la salud de los futbolistas profesionales, el personal y el público en general.

Junto a otros actores internacionales dentro del fútbol, desde el inicio de la pandemia de COVID-19, hemos manifestado claramente que la salud pública y la seguridad deben ser la prioridad máxima dentro de la industria del fútbol, incluso más en estos tiempos extraordinarios.

La decisión de trasladar con tan poco tiempo de antelación a cientos de futbolistas para competir en un torneo de semejante complejidad abre un escenario de incertidumbre para cada uno de ellos y sus familias.

Mientras la pandemia continúa debilitando a los servicios de salud pública en la región, FIFPRO solicita respetuosamente a la CONMEBOL que tome todas las medidas requeridas para asegurar que la competición no ponga en riesgo a los jugadores.

En este contexto, FIFPRO apoyará naturalmente a cada futbolista que decida rechazar la convocatoria y no participar en el torneo en base a sus preocupaciones respecto a salud y seguridad. Al igual que en otras competiciones de selecciones disputadas previamente durante la pandemia, los jugadores deben tener la posibilidad de priorizar su salud y la de sus familias sin temor a ser sancionados.