Informe: Joaquín Pisa 

Este miércoles las futbolistas Esperanza Pizarro y Valentina Morales fueron confirmadas como nuevas jugadoras del Santa Teresa Badajoz de la Primera División española. Esto significa que ambas competirán, entre otros equipos, con el Barcelona campeón de Europa, club de Alexia Putellas, mejor jugadora del mundo en la actualidad.

Actualmente hay cerca de 30 jugadoras uruguayas en distintas ligas del exterior. Pocas de ellas juegan en ligas de primerísimo primer nivel, como la liga española o en Sudamérica la brasileña, pero hay varias en ligas que empiezan a tomar relevancia y exigencia como la argentina, con los casos de Carolina Birizamberri en River Plate y Sofía Olivera en Rosario Central.

Esto sucede a pesar de la situación del fútbol femenino local que es, a toda luz, amateur. El Campeonato Uruguayo Femenino, que comenzó en 1996, tiene a 10 equipos en Primera División y 15 en Segunda, con tres categorías juveniles (sub 19-16 y 14). En esta estructura, no se conoce cuándo comienza el campeonato, la mayoría de los clubes que tienen un club profesional masculino no cuentan con un lugar para entrenar, y el manejo es “coloquial”.

Nacional fue el primero en cambiar la matriz del fútbol local. En 2019 un grupo de trabajadores del ala femenina del club presentó un proyecto para comenzar a profesionalizar el fútbol femenino en el club. Según Noble, se buscó que el fútbol femenino pudiese usar de forma definitiva las instalaciones de Nacional, contratar profesionales con experiencia, y contratar a las mejores jugadoras del medio. A eso, Nacional le sumó la visibilidad en redes y los contratos profesionales.

Otro caso de proyecto local es el de Defensor Sporting, iniciado por la coordinadora del fútbol femenino del club Ana López en 2018, luego de que Conmebol instaurara que todo club debe tener una rama femenina para competir en torneos internacionales. La idea del proyecto de Defensor, que comenzó a competir en 2019 y en 2022 tendrá tres categorías femeninas, es el de un crecimiento paulatino y ser un equipo modelo para otros equipos, aspirando también a profesionalizar a sus jugadoras.

Entonces, ¿cómo se explica que haya cerca de 30 jugadoras uruguayas en el exterior? Según el coordinador de Nacional, la sociedad ha cambiado: hace menos de 10 años las mujeres comenzaron a practicar fútbol desde muy temprana edad, lo que lleva a que cuando llegan a los clubes ya tengan un nivel superior al de jugadoras que comienzan a jugar a los 14 años en esos clubes.

Escuche la columna completa del periodista Joaquín Pisa en Punto de Encuentro: