«No es necesaria la aplicación de ninguna prueba estandarizada para saber que la pieza clave de la calidad de la educación son los docentes», señaló en un comunicado el Núcleo Sindical del Liceo 18, ubicado cerca del Parque Posadas. De esta manera justificaban el paro con ocupación de este jueves, día en que debían realizarse a algunos de sus alumnos las pruebas PISA.

Para el gremio, la pruebas PISA no son sino una herramienta que permite «al gran capital controlar a distancia lo que ocurre en los sistemas educativos nacionales».

A continuación, los 10 puntos por el cual el gremio docente rechaza la realización de las pruebas PISA.

1. Las pruebas PISA no evalúan los rendimientos del sistema educativo uruguayo atendiendo a los objetivos de sus planes y programas de estudio.

2. Las pruebas PISA parten acríticamente de un currículum estandarizado a nivel internacional, que oculta la necesidad de planes de estudio acordes a cada contexto e historia.

3. Las preguntas de las pruebas PISA parten de un recorte específico de aprendizajes, pues se presupone que ciencia, matemática y lectura resumen el valor de toda enseñanza. Señalamos que nuestra educación pública ha dado siempre un lugar relevante a la filosofía, la historia, la literatura, la música, las artes visuales y los deportes.

4. Los defensores de las pruebas PISA les adjudican el propósito de medir competencias en tres áreas: Matemáticas, Ciencias y Lectura. En los hechos, las competencias son estándares tomados del “mundo del trabajo”: pagar, cobrar, manipular tecnología, comunicar e interpretar mensajes que nunca son reflexivos.

5. Las pruebas PISA pervierten su supuesto objetivo evaluador al ordenar en una lista a los países según los resultados obtenidos por los estudiantes. Las distancias económicas que separan a países como Finlandia y Uruguay, por ejemplo, son muy grandes. Sin embargo, las diferencias en lo educativo son discutibles.

6. Las pruebas PISA llevan implícita una exigencia de “eficiencia”: optimizar la relación entre recursos y resultados. Representa un aspecto más del proceso por el cual la lógica mercantil se extiende al campo del conocimiento.

7. Los gobiernos y diversos grupos de presión miran la ubicación de su país en el ranking PISA, culpabilizando a los docentes en caso de haber descendido, haberse mantenido, o no haber mejorado lo suficiente, o sea, casi siempre.

8. Al imponer parámetros de “éxito educativo”, PISA se ha convertido en una herramienta para justificar reformas reaccionarias y denunciar a la administración pública como una maquinaria fallida, impulsando la privatización.

9. Las pruebas PISA permiten al gran capital controlar a distancia lo que ocurre en los sistemas educativos nacionales, mediante supuestos teóricos que no se someten a discusión a la hora de evaluar las políticas públicas.

10. El flujo de crédito y financiación a países como Uruguay se tasa atendiendo a los datos de las pruebas PISA. Nos preguntamos: ¿es PISA una herramienta más para conocer nuestra realidad educativa o, por el contrario, no existe la posibilidad de sustraerse a su mirada?

 

El adscripto del turno vespertino  del Liceo 18, Julio Moreira explicó la postura de estar en contra de las prebas PISA.

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