En 970 Noticias, el ingeniero agrónomo Eduardo Blasina analizó el impacto de la guerra en los mercados y los intereses uruguayos.
Pensar en términos de ganancia económica a partir del sufrimiento de una población que sufre una invasión autoritaria y antidemocrática es, cuando menos, triste. Sin embargo, es inevitable porque los mercados no muestran sentimientos y, cada vez más, los hechos mundiales generan consecuencias inmediatas en rincones lejanos.
Por ejemplo, la invasión de Putin a Ucrania disparó el precio del combustible, que superó los US$ 100 dólares por barril, como no ocurría desde 2014, cuando Rusia (Putin) también invadió Ucrania para anexar la península de Crimea. Ese encarecimiento de la materia prima tendrá impacto en Uruguay, que toma precios porque importa petróleo. Es altamente probable entonces que el precio de los combustibles en nuestro país sufra un nuevo aumento.
Por el contrario, la soja, el maíz y otros bienes que Uruguay exporta también están aumentando su valor. En este caso, «Rusia y Ucrania» representan un tercio del comercio mundial de trigo, cuyo mayor importador es Egipto, país que puede padecer la falta de ese alimento relevante en su canasta básica. En Uruguay la siembra de este cereal comenzará en mayo y «habrá un premio» para los exportadores uruguayos que aumenten el área del cultivo, opinó Blasina, no sin antes lamentar el origen bélico en esta escalada de precios.
En la soja, por ejemplo, la tendencia alcista no es nueva y también beneficiará las exportaciones anuales de Uruguay. Es así que Eduardo Blasina anticipó un nuevo «año récord» de ventas internacionales para nuestro país.
El ingeniero agrónomo también ponderó las demás variables en juego tras la invasión rusa a Ucrania. Subrayó que el presidente de Brasil, Jair Bolsonaro fue a visitar a Putin días atrás para asegurarse el suministro de fertilizantes (Rusia es el principal proveedor).
Blasina también habló de cómo se comportará el dólar en la plaza local, con presiones que lo debilitan, pero al mismo tiempo el impacto del encarecimiento del petróleo, del inusual «año Niña» con más lluvias de lo habitual y de «la suerte uruguaya con el clima». Este cóctel mejora los rendimientos de Uruguay ante dificultades que enfrentan los vecinos del Mercosur, competidores en los mercados internacionales.
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