La politóloga ucraniana dialogó con El Destapabocas sobre la difícil situación que están atravesando en Ucrania.
Kateryna tiene 30 años, está graduada en Ciencias Políticas de la Universidad Complutense de Madrid y colabora con espacios feministas. El sábado logró salir de Kiev, en plena guerra logró irse y ahora se encuentra en la frontera de Rumania con Hungría.
Los primeros días de guerra en Kiev, «Es muy complicado describir esa mezcla entre dolor, rabia, miedo, desesperación de que empezó algo que no te lo esperabas, tienes que armar una maleta o lo que sea en una hora. En el pueblo de mi papá el mismo día que yo me fui ahí, encontraron cinco rusos que estaban infiltrados poniendo señales en ciertas casas y en edificios, no se sabe exactamente que es lo que hacen pero hay suposiciones de que es para un futuro ataque o para saber hacia donde ir».
Durante los días de bombardeo, «Me fui a la casa de mi papá porque sabía que ellos tenían un sótano donde en caso de emergencia podíamos escondernos, pero los días eran infinitos sinceramente, nosotros no dormíamos, sigo sin dormir aunque estoy fuera, hablo de dormir seguido. El primer problema con el cual nos topamos fue que las gasolineras estaban llenas, el sistema financiero en ciertos momentos había explotado y no se podía pagar con tarjeta».
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