La eutanasia está permitida en siete países, y dos países más la permiten en algunos estados.

Por Joaquín Pisa.

La ley de eutanasia es impulsada por el colorado Ope Pasquet desde 2020, con el fin de incluir esta práctica en la medicina uruguaya. ¿Qué es la eutanasia? La “intervención deliberada para poner fin a la vida de un paciente sin perspectiva de cura”, según lo define la Real Academia Española.

El proyecto de ley sostiene en su primer artículo que “está exento de responsabilidad el médico que, actuando de conformidad con las disposiciones de la presente ley y a solicitud expresa de una persona mayor de edad, psíquicamente apta, enferma de una patología terminal, irreversible e incurable o afligida por sufrimientos insoportables, le da muerte o la ayuda a darse muerte.

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Para ello, deberá pedir una segunda opinión de otro médico, conversar con el paciente en dos ocasiones documentadas e informarle sobre métodos terapéuticos alternativos. Tres días después de la segunda entrevista deberá declarar su intención por escrito, para luego llegar a la operación.

La eutanasia está permitida en siete países: Países Bajos, Bélgica, Luxemburgo, Colombia, Canadá, Nueva Zelanda, y el suicidio asistido, indirecto, con medicamentos entregados por un médico, en Alemania, Suiza, ocho estados de Estados Unidos y uno de Australia.

Ya por el número de países que abrazan esta práctica se puede ver que la práctica no es muy popular, pero ¿qué pasa en Uruguay con las personas que decidirán si la eutanasia se aceptará o no en el país? Según un informe de El Observador, la eutanasia tendría 13 votos de los 16 necesarios para aprobarse en el Senado, 6 en contra y 8 indecisos.

En Diputados 51 personas demostraron su intención de votar la ley, por lo que habría una media sanción asegurada. 26 están en contra y 16 indecisos.

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Uno de los principales motivos por los cuales se presenta una oposición al proyecto es la prevalencia de los cuidados paliativos en la medicina, que “mejoran la calidad de vida de los pacientes y de sus familias cuando afrontan problemas de orden físico, psicológico, social o espiritual inherentes a una enfermedad potencialmente mortal”, en definición de la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Así lo define Jorge Alvear, diputado del Partido Colorado:

 

Por otro lado, también está el código de ética médico, que no incluye estas prácticas. Por este motivo, legisladores médicos como el nacionalista Alfredo de Mattos no se presentarán siquiera a votar la ley, pero el senador tampoco la apoya en el marco de la discusión.

 

El senador de Cabildo Abierto, Guillermo Domenech, va un paso más allá, y cree que se está apostando a la muerte en un país con “tanto suicidio” como Uruguay.

 

Foto: FocoUy