Columna «Lugar a Dudas» por Antonio Ladra.

El próximo viernes se cumplirán 46 años de cinco secuestros en Buenos Aires: los de Rosario Barredo, Héctor Gutiérrez Ruiz, Zelmar Michelini y William Whitelaw, que aparecieron asesinados, y el de Manuel Liberoff, aun desaparecido.

Todo ello en el marco del Plan Cóndor, la coordinación represiva entre las inteligencias militares de los países de la región en los años 70 y 80. A través de esta coordinación se estandarizaron prácticas represivas en la región, especializándose y destinándose recursos humanos y materiales de los Estados para los objetivos de destrucción física, política y organizativa de opositores a las dictaduras.

Formalmente el Plan Cóndor tiene su fecha de inicio el 28 de noviembre de 1975, cuando se firmó el acta de fundación en Santiago de Chile y se integraron las dictaduras de Argentina, Brasil, Chile, Paraguay y Uruguay.

Tras el regreso de la democracia en nuestro país y luego del referéndum de 1989, el del voto verde y el amarillo a través del que quedó firme la Ley de Caducidad, a principios de los años `90, la Organización de Madres y Familiares de Detenidos Desaparecidos comenzó a manifestar todos los viernes en la plaza Cagancha, frente a una gran indiferencia social. Casi no tenían apoyo político, solo era un puñado de mujeres y hombres que reclamaban saber el destino de sus familiares. El impacto por haber perdido en 1989 fue grande. Muchos creyeron que no había nada más para hacer.

Sin embargo, el 20 de mayo de 1996 se realizó la primera Marcha del Silencio y fue multitudinaria y año tras año fue creciendo y se fueron sumando nuevas generaciones que no vivieron los años de dictadura, pero que además ni siquiera habían participado en la campaña del voto verde de 1989.

El reclamo de verdad y justicia se abrió camino a pesar de que hubo y hay quienes abogan por el olvido. Con la impunidad se ha pretendido que se pierda la memoria, una especie de alzhéimer colectivo.

El próximo viernes es 20 de mayo, una fecha que no está en rojo en el calendario pero que sirve para reclamar donde están los huesos de los desparecidos. Pedir por los desaparecidos adquirió una dimensión ética que nadie puede soslayar y este viernes ese reclamo volverá a llenar la calle.

Escuche el informe completo del periodista Antonio Ladra: 

Foto: FocoUy