El miércoles pasado nos metimos en tema futbolero diciendo que, la ecuación del fútbol es una combinación de factores: habilidades personales del jugador + la habilidades creativas del equipo + la cancha + la pelota + el clima…y a veces el juez.
El jueves pasado nos dedicamos a hablar del jugador, y describimos el funcionamiento de la máquina humana. Hoy, nos enfocaremos en otro actor de un partido de fútbol: la pelota, el balón, el útil; otra máquina, pero ésta: de volar. Primero, contarles a nuestro oyentes que desde hace muchos milenios, la ciencia antropológica ha encontrado evidencias de que el juego de pelota data de los siglos II y II a.C., en China.
Aunque en aquel tiempo derivaba de un adiestramiento militar: se jugaba con las manos y los pies y consistía en embocar la pelota en una pequeña red, donde valía todo. Al finalizar el entrenamiento (el partido) el capitán del equipo derrotado era castigado y flagelado en público. Luego el juego pasó a Japón y la característica principal era la habilidad y no la fuerza bruta.
Luego apareció en Roma, se expandió y llegó a la actual Europa donde la pelota hasta podía ser la cabeza de un humano. También los Aztecas y los Mayas, en el antiguo México) tenían un juego de pelota. Así llegamos hasta el futbol moderno, en Inglaterra por 1863, siempre siempre basado en la disputa por el dominio de una balón para alcanzar un objetivo con él. El balón era otro protagonista esencial.
Los antropólogos dicen que los Chinos hacían los balones de cuero, rellenos de plumas y fibras vegetales. Los griegos usaban una vejiga de buey, inflada y cocida. Y desde allí llegamos a mediados del siglo XIX que gracias a Charles Goodyear, se volvió al diseño chino de cuero con una cámara de goma que se introducía dentro de la bolsa de cuero por una abertura y se inflaba. Pero la costura de tientos de la bosa obligaba a los jugadores a usar boinas para poder cabecearla. Y así llegamos a estas maravillas de balones (pelotas) inteligentes.
El ejemplo es AlRihla, la pelota del mundial de Qatar 2022. Al-Rihla en árabe significa “El Viaje”. Es la décima tercera pelota que diseñó y fabrica Adidas para los últimos 13 mundiales consecutivos (hace 52 años). Es la sucesora de la Jabulani, la Brazuca y la Telstar 18, cada una de ellas un verdadera maravilla tecnológica de una máquina de volar. Tienen una estética atractiva. Pero sobre todo son una real “máquina de volar”, que emula lo más perfectamente posible a un ave en vuelo con su misma destreza, pero donde el cerebro de vuelo es el pie humano que la impulsar, le da movimiento y le da destino.
El pie del jugador es quien va a dominar el conjunto de fuerzas que actúan sobre una pelota en vuelo. Se las voy a mencionar para que puedan distinguir la complejidad que involucra el dominio de la pelota, y además introducimos más ciencia en respaldo del futbol. La primera fuerza es el peso (porque en la Tierra todo objeto por tener masa, pesa); luego, el empuje que es una fuerza que descubrió Arquímedes (“Eureka !!!”) y es la responsable de que los cuerpos en el aire (o en el agua) leviten; la resistencia que le ejerce el aire cuando ella avanza, y la sustentación, que es la fuerza que hace el aire sobre las aves y los aviones, que les permiten volar o planear. Pero sin la habilidad del jugador estas fuerzas son inútiles.
Cuando decimos que un jugador es “habilidoso” nos referimos a su capacidad de “intuir” cómo se comportarán estas fuerzas en ese momento, basado en su experiencia y constante entrenamiento. Aclaremos que esta habilidad no la adquirió por resolver ejercicios de física todas noches en su casa, luego de los entrenamiento. Un gran número de acciones son realizadas de forma totalmente intuitivas,…y no por ello menos eficaz. Pero además del dominio de estas fuerzas, también se hace diseño , que ha sido la mayor preocupación de FIFA en los últimos mundiales. Que fuera perfectamente esférica, cada vez más. Aquellas pelotas de vejiga infladas eran deformes,… Las conocidas pelotas de paneles hexagonales y pentagonales cocidos, no formaban una esfera perfecta; cuanto menor esfericidad se obtiene cualquier movimiento (recordemos la pelota de rugby).
La superficie cada vez más lisa, con paneles cada vez más simétricos y la menor cantidad de uniones (costuras) porque por la uniones se desplaza el aire y les da efecto. Pero con mínimas rugosidades para el agarre con el zapato o con el piso. Con hoyuelos como una pelota de golf; esto asegura que no haya turbulencia en la capa de aire pegada a la superficie y agarre mejor el “efecto” y más como quiere el jugador. Que pesara lo adecuado para que permitiera ser dominada sin dolor, pero de un material que no absorbiera agua para que no aumentara el peso; Que rebotara lo suficiente para no perder energía, pero que fuera dominable por los jugadores a la altura de los jugadores, y el pique no los sobrepasara,….., pero que no dejara de estar “viva”. “Pelota Viva”!,…lindo nuevo concepto.
Y así fue superada la Jabulani, la Brazuca, la Telstar, y llegamos a la “Al-Rihla”, que además tiene agregado que la textura de la superficie le permite ser la pelota más veloz jamás fabricada ¿Y esto para qué?. Tiene dos efectos: exige más a los goleros específicamente en los penales (hay más goles) y permite los pases largos sin perder la rapidez del juego. No exagero cuando en verdad se comporta como una verdadera máquina de volar.
Esta tecnología está para dominarla. Y cuando digo esto no puedo evitar poner el ejemplo de Diego Forlán. La pelota es la “herramienta de trabajo” y sin esfuerzo y destreza para usarla y comprenderla no hay trabajo bien hecho. Pesa: 437 g; tiene un perímetro de 69 cm; pica conservando un 60% de energía en cada pique (soltada desde 2 m, rebota hasta 1,35m), absorbe sólo un 0,2% de agua (9 gramos de agua) debido al recubrimiento de polouretano. Tiene dos capas: “el cuero” (70% poliuretano, 20% poliester, 10% de viscosa), y “cámara” (100% caucho). 20 paneles (se corta en el plano). Sin costuras con uniones termoselladas. Requiere ser inflada.
Tecnología CRT-Core: estanca, indeformable, con memoria, rebotes predecibles. Tecnología SPEEDSHELL: cuero texturizado (micro y macro texturas y contrarrelieves) Les comento que hay un elemento más que va en los balones de fútbol: un sensor. Nuestros celulares tienen muchos sensores dentro, por ejemplo el sensor de aceleración, el sensor de posición 3D, por eso podemos girar la imagen moviendo el celular,… 1) la tecnología del “Control del Gol”.
La FIFA admite dos mecanismos: “Ojo de Halcón” o la “Pelota Inteligente”. La pelota inteligente consiste en incorporar en la pelota un chip informático que transmita información a la computadora del VAR. Se llama IMU=unidad de medición inercial (sensor que va en interior del balón, en el centro, sostenido con un sistema de suspensión). TAMBIÉN LO TIENEN NUESTRO CELULARES. Informa de cada acción que hace la pelota informando de ello 500 veces por segundo. ¿está bien o mal esta incorporación?. Está bien porque el objetivo del juego es el gol.
El miércoles próximo vamos a hablar de la destreza del tiro libre y la probabilidad de convertir un gol. Yo sé que eso es un tema que atrae particularmente. Deseo que la celeste siga y nosotros poder seguir hablando de ella. Sino, el fútbol no acaba (aunque el ánimo pareciera que sí) y podemos seguir disfrutando y entendiendo este deporte. Fuerza la celeste, hasta el último suspiro.
Escuchá la nota completa de Punto de Encuentro con Carlos Vera:
Foto de portada: FIFA