Silvia Flores Mosquera es una mujer uruguaya que durante ocho años luchó contra el Estado uruguayo para poder cobrar su jubilación y que fuera reconocida como víctima de la dictadura.
Mosquera, presa durante meses en su adolescencia durante la dictadura, tuvo que luchar contra varios organismos para lograr un reconocimiento que parecía imposible. Entre medio desarrolló la enfermedad de Lupus y un cáncer renal que provocó que se jubilara por la enfermedad.
Ella no se rindió e incluso planteó su caso en la ONU a pesar que le dijeron que estaba loca por creer que el organismo internacional prestaría atención a su caso. Golpeó la puerta de Presidencia durante el segundo período de Tabaré Vázquez, pero no obtuvo respuesta.
Obtener la jubilación y ser reconocida como víctima de la dictadura parecía imposible con cada año que pasaba, hasta que revisando unas decenas de archivos que el Canciller Francisco Bustillo subió al sitio de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos encontró un informe que podría ayudarla.
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