Días pasados la imagen de la actriz española de 68 años, Ana Obregón, con una bebé en sus brazos se viralizó en redes sociales y desató una ola de criticas donde hasta fue calificada de “egoísta” por la edad en la que atravesaba la maternidad. Fue tan mediática la repercusión que alcanzó la foto que la misma actriz decidió salir a dar explicaciones.
La bebé que llevaba en brazos no era su hija, sino que era en realidad su nieta. La pequeña, llamada Ana, había sido el último deseo de su hijo Alex, fallecido de cáncer hace 3 años, y nació mediante la técnica de maternidad subrogada.
El tema no es nuevo y la verdad es que si bien hay algunos consensos en el mundo, es un tema que genera opiniones dispares.
¿Qué esta pasando con las parejas o las mujeres que desean ser madres mediante este procedimiento en nuestro país?
Bueno, en Uruguay existe una ley vigente desde el año 2014 cuando se promulgó la ley de reproducción asistida que incluyó la posibilidad de subrogar un vientre hasta en segundo grado de consanguinidad (esto significa que habilita a gestar a la madre o suegra o hermana o cuñada de la pareja) de esa mujer que por razones biológicas o médicas, no puede gestar un bebe en su útero.
Actualmente, en el Parlamento se están discutiendo dos proyectos de ley que lo que buscan es modificar la ley vigente. Ambos proyectos buscan flexibilizar la ley, pero a su vez generar más garantías para que no ocurra lo que ya ocurrió en otros países, como la India, donde se amplió tanto la ley que se generó un mercado negro de bebes.
Por un lado, esta la propuesta del diputado del Partido de la Gente, Daniel Peña, que busca liberar la maternidad subrogada (siempre respetando el tema de que la mujer no lo pueda gestar por razones médicas en su útero) pero que no tenga que ser estrictamente familiar, allí por ejemplo entran amigos de la vida. El proyecto obviamente repara en que no puede haber una retribución económica por el niño.
Si bien a priori fue visto con buenos, tuvo algunos reparos por parte del Frente Amplio y Cabildo Abierto que solo estaban de acuerdo en abrir la cancha pero hasta un 4º grado de consanguinidad, esto significa que de aprobarse, permitiría a las primas de la mujer que desea ser madre o a las primas de las parejas gestar este bebe.
Obviamente dentro de los legisladores hay reparos y de todos los partidos y quien tiene la mirada mas restrictiva y propuso algunos complementos al proyecto fue el diputado del Partido Nacional, Rodrigo Goñi
¿Que propone?
El diputado nacionalista, sostiene que tal como esta planteado el proyecto genera un desequilibro entre la madre biológica y la madre gestante. En una nota crónica del diario El Observador, sostuvo que para el “la mujer que lleva adelante el embarazo esta totalmente desprotegida.
Goñi propone como aditivo, que contemple que la gestante ya tenga al menos 1 hijo propio y que nunca haya subrogado su vientre, qué todas las partes estén radicadas en el país, que la futura gestante pueda pueda arrepentirse de entregar al bebe hasta 10 días después del nacimiento o incluso pueda interrumpir el embarazo bajo la ley vigente. En caso de que la pareja muera o se separe, establece multas y penas de cárcel para quien trate de sacar rédito económico o de cualquier otro tipo de la gestación. Y finalmente, el último aspecto tiene que ver con la identidad biológica y explica que la identidad de la gestante podrá ser revelada a partir de una resolución judicial, si así lo tramita la persona nacida mediante la gestación subrogada.
¿Qué es lo que sucede actualmente en nuestro país?
Punto de Encuentro habló con la Dra. Marisa Dellepiene, ginecóloga especialista en Medicina Reproductiva y directora de la Clínica Gestar que nos explicaba en que casos está contemplada la maternidad subrogada y además nos aporta un dato muy interesante respecto a la cantidad de casos que se han tratado en Uruguay.
Dellpiane nos decía que hasta el momento esto “no es un grave problema de salud pública” porque es un número muy pequeño el de mujeres menores de 40 años que han perdido el útero.
En su caso hace 400 casos de fertilización in vitro por año y solo dos consultas referidas a maternidad subrogada, lo que representa un 1%.
Si bien sostuvo que “es el tema más complejo de manejar desde el punto de vista bioético de la reproducción asistida”, bajo ningún concepto representa por el momento un “problema” para la salud publica. Además sostiene que el trámite es “engorroso” y puede llevar varios meses.
¿Qué sucede con el aspecto psicológico?
Punto de Encuentro habló con la psicóloga especializada en reproducción asistida, María Sol Doria, quien manifestó que los nuevos órdenes de la procreación requieren de un abordaje psicológico con psicólogos especialistas en infertilidad y que, sin importar el tipo de subrogación que sea (acá o en el exterior) requieren de un trabajo analítico profundo elaborativo y singular que recorra desde la elaboración de los duelos, los miedos que atraviesan a esa pareja y también las fantasías con respecto a la llegada de ese bebe.
También se debe reparar en la salud mental del niño y como éste puede verse afectado por la ruptura con su mamá gestante, su olor, su ritmo, las vivencias intrauterinas y su apego.
Doria explicó que si el abordaje no es el adecuando esto también puede tener un impacto muy grande en la salud mental del niño.
¿Qué rol juega entonces la bioética en este tema?
Delia Sánchez, Magister en Salud Pública y en Bioética, sostuvo en diálogo con Punto de Encuentro que existen reparos tienen que ver con la explotación y vulneración de derechos por parte de las mujeres y hacía especial hincapié en el concepto del cuerpo como propiedad.
Lo que sostiene Sánchez es que los que presentan a postura a favor de que haya “un contrato” chocan con el concepto de propiedad y se escudan en que “ya que se hace, por lo menos que haya un contrato para asegurar garantías, pero advierte que si uno sigue con esa línea de pensamiento entonces podríamos hablar de “esclavitud”.
También consultamos a Sánchez ¿Por qué sería un caso de explotación cuando en realidad hay consentimiento de las dos partes? y nos respondía lo siguiente.
¿Podemos realmente empatizar con la situación?
Natalia fue diagnosticada (antes de poder ser mamá biológicamente) con un tumor maligno en el cuello del útero y la decisión de la junta médica que abordaba su caso fue realizarle una “histerectomía radical”. Por el tipo de tumor que era, su equipo médico aconsejó hacer previo a la cirugía hacer una estimulación ovárica para conservar ovocitos y una vez recuperada evaluara la forma en la que quería ser mamá.
Natalia y su pareja decidieron ir por el camino dela subrogación y viajaron a los Estados Unidos, allí conocieron a una familia que accedió a tener a su bebé. Natalia contó que se «sintieron excluidos» por las restricciones de la ley en Uruguay.
¿Cómo vive la maternidad?