Al mundo del baby fútbol de inocencia le queda solo el nombre, y esto que está pasando en este momento es solo una prueba más. Este es el caso de 16 niños que jugaban en la Liga Interbalnearia de Ciudad de la Costa, que es una liga bastante competitiva, que tiene buen nivel de fútbol, y que quisieron empezar a competir con el Deportivo Luis Suárez, que es un club al que ya asistían desde su formación, muchos de ellos ya iban desde 2018.
La raíz de este problema empieza cuando los papás empiezan a considerar ir a buscar los pases a sus clubes de baby fútbol de origen para que la asamblea de la Liga Interbalnearia los vote y puedan empezar a competir por este otro club: en algunos casos los clubes de origen no les dieron el pase, en otros sí les dieron el pase, pero les advirtieron que la asamblea no se los iba a votar.
Dentro de los clubes de baby fútbol, las reglas son como las de equipos profesionales, como si fueran jugadores asalariados: son los clubes y las ligas las que deciden quién juega dónde.
Acá no importa que los padres sean los que pagan, las familias no tienen la total libertad para decidir dónde juega su niño, con qué proyecto se identifica o no. Una vez que se eligió el club de origen, la movilidad después lleva su proceso.
En ese caso, los niños tienen que estar dos años libres para recién incorporarse si quieren ir a ese club nuevo. La regla ONFI habla de los seis meses para cambiar de club, pero la Liga da un paso más para estas situaciones.
Los padres de los niños reclaman que les acepten competir con su club.
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