«Callar y quemarse es el castigo más grande que nos podemos echar encima», dijo en alguna oportunidad el poeta español, Federico García Lorca. Y así como él, artistas nacionales e internacionales que optaron por no sucumbir ante el silencio del autoritarismo, buscaron formar que les permitieran evitar la censura y transmitir sus mensajes.

En el espacio Esa No La Tenía de Nadie Se Atreve, la profesora e investigadora, Lucía Testoni compartió un análisis sobre cómo se replican las dictaduras en la literatura y el teatro, tomando algunos ejemplos como «El herrero y la muerte», una leyenda criolla transformada en pieza teatral que fue estrenada en el teatro Circular de Montevideo bajo la autoría de Mercedes Rein y dirigida por Jorge Curi en 1981.

Por otra parte, Testoni utilizó la figura de García Lorca y su trilogía: «Bodas de sangre» (1933), «Yerma» (1934) y «La casa de Bernarda Alba» (1936) para mostrar la lucha contra el autoritarismo dentro de su dramaturgia. Sin embargo, durante su exposición, dejó entrever que si bien el artista provenía de una familia de clase acomodada y con influencias dentro de los Falangistas, eso no le impidió ser asesinado por el franquismo en 1936 y ser arrojado en una fosa común de la cual aún se desconoce su ubicación.

«Muchas veces lo que nosotros olvidamos, con esta cuestión de las dictaduras, es que no solamente se reprime a las personas por su elección política o por su ideología, sino que también por su vestimenta, ser joven, por su condición sexual y su salud mental», afirmó.

Escuchá la nota completa de Nadie Se Atreve a la profesora e investigadora, Lucía Testoni:

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Foto de portada: Atahualpa del Cioppo. Concentración frente al teatro El Galpón con motivo del regreso de su elenco del exilio. Avenida 18 de Julio esquina Carlos Roxlo. 12 de octubre de 1984 / Centro de Fotografía de Montevideo.