Las praderas o los pastizales siempre han sido menos preciados en comparación a los bosques. Sin embargo, Uruguay es dominado por estos ecosistemas, dijo a Punto de Encuentro, la bióloga Alexandra Cravino.
En este marco agregó, que el concepto de campo natural (generado desde el punto de vista productivo) permitió el desarrollo de distintas actividades productivas. En respuesta a ello, los pastizales de Uruguay son los ecosistemas que más se han modificado y fragmentado, y por ende afectado a las especies adaptadas a vivir en áreas abiertas.
«Nuestra fauna está muy vinculada a los pastizales, aunque también tenemos especies especialistas de bosque. La gran mayoría de reptiles y anfibios pueden ser encontrados en pastizales. También un número muy importante de aves (como la loica pampeana, el ñandú y la lechucita de campo). Los mamíferos no se quedan atrás», sostuvo Cravino.
En este contexto, desde hace un tiempo, a partir de estudios genéticos el gato de pajonal quedó como una especie única, distinta a la de otras regiones de América del Sur. Su distribución potencial abarca todo el territorio nacional, y apenas unas porciones de Argentina y Brasil. Esto generó que sea una especie endémica de los pastizales del Río de la Plata donde Uruguay se encuentra inmerso.
Esto aumenta por un lado sus amenazas y por otro la necesidad de llenar vacíos de información y focalizar esfuerzos de muestreo en esta especie.
Hoy la especie está en peligro de extinción y es una de las que tiene más difícil el panorama en el país.
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