La dictadura cívico-militar uruguaya militarizó los poderes del estado como manera de consolidar su poder y ejercer un control total sobre las organizaciones políticas, económicas y sociales del Uruguay. 

A las clausuras definitiva de periódicos y semanarios de izquierda y censura periodística a todos los medios de prensa, se suman las clausuras parciales: por ejemplo, El Civismo, de Mercedes (20 ediciones) El Telégrafo de Paysandú, (5 ediciones) Radio Colonia, por 48 horas, y otros muchos medios.

En el tercer episodio del ciclo de A 50 años del golpe, Machín recordó que entre 1974 y 1979 tienen lugar los hechos represivos de mayor magnitud, sin que por eso dejaran de producirse los secuestros de opositores a veces en oleadas represivas: en 1981 y 1982 más de un centenar de militantes clandestinos del PCU y de la CNT fueron secuestrados; lo mismo ocurre en 1983 con decenas de universitarios de la UJC, cuya defensa fuera ejercida por Enrique Tarigo y la muerte por torturas del médico Vladimir Roslik, ocurrida en 1984 en Mercedes.

La tónica desde los primeros cinco años de dictadura fue la de un ejército de ocupación en su propio país. Con un control de la ciudadanía que, por ejemplo, implicaba las categorías de ciudadanos: A, B, y C. 

En esos años aparecen cadáveres en las costas de Rocha que la versión del régimen atribuyó a marineros coreanos muertos en peleas a bordo…En realidad, eran algunos de los numerosos presos políticos argentinos arrojados al océano desde aviones de la fuerza aérea argentina, con la bendición hacia los represores dada por algún capellán militar. 

Lo que decíamos el martes pasado: la dictadura Uruguay apostó a la prisión prolongada de los opositores de izquierda y a su destrucción como individuos. 

Hoy en Punto de Encuentro Machín recuerda los últimos años de la dictadura militar en el día de la conmemoración de los 50 años del golpe de Estado.

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Foto: Asociación ¿Dónde están?