Columna de Fabián Ticornia

 

En los años 80 y por última vez entre 2005 y 2009 la economía de Venezuela era la tercera más grande de América del Sur detrás de Brasil y Argentina. En 2010 la superó Colombia, y quedó como la cuarta. En 2017 pasó a ser la sexta, en 2020 la séptima y ahí se mantiene.

Si miramos el PIB per cápita, el de Venezuela era el más alto de Sudamérica en los 80 y hasta 1998. En 2019 pasó a ser la del PIB per cápita más bajo en Sudamérica y allí se mantiene.

La economía venezolana perdió entre 75% y 80% de su tamaño entre 2014 y 2021. Es una de las mayores caídas a nivel mundial en países fuera de zonas de conflicto armado.

¿Qué pasó en este auge y caída de la economía venezolana?

En los años 70, la llamada crisis del petróleo -que disparó los precios del crudo- golpeó a casi todos los países de América del Sur, salvo Venezuela, que se vio beneficiada al ser uno de los principales países exportadores de petróleo.

Hasta los años 90, Venezuela estaba alineada a Estados Unidos y era uno de sus principales proveedores de petróleo, hasta que en 1998 fue electo presidente Hugo Chávez. 

Recordarán que Venezuela dejó de estar alineado a Estados Unidos, sobre todo a inicios de los años 2000 y comenzó a jugar un rol de liderazgo en Latinoamérica a fuerza de petrodólares. Eso se hizo patente sobre todo cuando coincidieron en la región varios gobiernos de izquierda.

Repasemos algunos números de la producción petrolera venezolana:

En 1997, PDVSA producía 3,2 millones de barriles diarios de petróleo. Hacia 2005 producía 2,7 millones de barriles diarios. En 2021, según la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), Venezuela sólo produjo 527.000 barriles de petróleo diarios. También hubo una caída de precios que le pasó factura al país caribeño: el barril llegó a estar por encima de los US$ 100 hacia 2011 y se redujo a menos de la mitad hacia 2016.

En los últimos dos años ha aumentado la producción y se estima que podría estar cerca del millón de barriles diarios sobre finales de este año.

¿Cómo entonces Venezuela tuvo este declive?

Un informe del Banco Interamericano de Desarrollo plantea varios factores. Entre ellos, “un alto grado de intervencionismo del Estado, lo cual ha impactado sobre la seguridad jurídica y los incentivos para invertir en el país”. Esto supuso control de precios, controles cambiarios, expropiaciones de empresas y activos.

Este trabajo del BID hace especial énfasis en que “el sistema cambiario de los últimos 20 años se tornó altamente complejo, lo cual introdujo distorsiones significativas en el funcionamiento de la economía venezolana”.

También el efecto petrolero que mencionamos, el informe del BID lo adjudica no solo al menor precio internacional sino a gestión ineficiente, falta de transparencia y falta de inversiones, fueron mermando la capacidad de producción.

Luego marcan una gestión macroeconómica irresponsable, que no aprovechó el  boom de los precios del petróleo para acumular divisas sino para estimular el consumo mediante importaciones, además de una expansión masiva del gasto público, PDVSA se convirtió en un instrumento de política fiscal, la deuda tuvo un aumento exponencial. En 2019 llegaba a casi 500% del PIB. 

Para financiar el déficit fiscal y sin posibilidades de acceder a los mercados de deuda, el gobierno de Nicolás Maduro recurrió a la emisión monetaria, lo que desembocó en una hiperinflación.

El gobierno de Estados Unidos introdujo sanciones desde 2014 tanto a personas vinculadas con el gobierno como a empresas venezolanas y las sanciones se incrementaron en 2018 afectando a la producción de PDVSA.

El Producto Interno Bruto (PIB), que cayó más de un 70% entre 2014 y 2021. La economía venezolana tuvo siete años consecutivos de caída. Desde 2021 volvió a crecer, aunque lejos está de poder recuperar lo que perdió.

En esto ayudó la recuperación de la producción de petróleo, que pasó desde ese piso de 2021 que mencionaba antes en 527.000 barriles de petróleo diarios a 800.000 barriles diarios.

A esta tenue recuperación de la economía venezolana hay un factor que la viene ayudando en los últimos meses y es que en octubre de 2023 Estados Unidos levantó las sanciones al gas, al petróleo y al oro y Venezuela pudo volver a los mercados internacionales y mejorar su economía. A cambio, el régimen aceptó entre otras cosas, celebrar elecciones transparentes. Por lo que habrá que ver qué sucede ahora, tras las elecciones del domingo.

Si las cifras de lo que fue la caída de la economía venezolana durante siete años seguidos impactan, las de inflación, pobreza y desigualdad generan un impacto mayor todavía.

En 2017 Venezuela comenzó a vivir una hiperinflación, de 862%, escaló en 2018 a 130.000%. En 2019 marcó 9.560% y en 2020 2.960%. Esta hiperinflación duró cinco años, tras lo que empezó un proceso de desinflación y en 12 meses a mayo la suba de precios marca 59,2%, el nivel más bajo desde febrero de 2014.

Con estos niveles de inflación, la moneda venezolana el bolívar obviamente se desplomó ante el dólar. Esto llevó a que se le quitaran 14 ceros desde 2008.

Cinco años de hiperinflación y bruscas devaluaciones de la moneda, además de todo el proceso autoritario han llevado a que casi ocho millones de venezolanos, en un país de 28 millones, abandonaran el país. Es la segunda mayor crisis migratoria internacional detrás de Siria.

Toda esta situación golpeó fuerte en los indicadores sociales. 

Según la Encuesta de Condiciones de Vida (Encovi) de la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB), en 2018 el 91% de la población era pobre y la indigencia llegaba al 75% por «la hiperinflación y el desabastecimiento.

En 2023 la pobreza alcanzaba al 82,8% de la población y la indigencia al 50,5% en el caso de la. Desde 2015 no hay medición de pobreza oficial en Venezuela.

La desigualdad es bruta. El ingreso del grupo más rico supone 70 veces el ingreso de la franja más pobre de la sociedad. Para tener referencia, en Uruguay es 11 veces.

El salario mínimo en Venezuela en 2018 era de un millón de bolívares, que equivalían a US$ 14 al mes. Hoy ese salario mínimo, son 130 bolívares (recuerden que se le quitaron ceros a la moneda) que equivalen a US$ 3,50 mensuales.

¿Por qué ha empezado una tenue recuperación la economía venezolana? 

En parte el gobierno aplicó un ajuste fiscal (obviamente esto no lo ha reconocido, pero los números lo muestran). El déficit fiscal pasó de 30,3% del PIB en 2018 a 3,4% del PIB en 2023.

El régimen venezolano ha afianzado su relación con Rusia, Irán y en los últimos años sobre todo con China. De hecho, en mayo de este año Venezuela y China firmaron un acuerdo de protección de inversiones y el propio Maduro ha dicho que llegarán inversiones chinas al país caribeño.

Por último, un párrafo aparte para un sector que ha ganado pie en la economía venezolana que es el narcotráfico. Hay estimaciones que mencionan que de Venezuela salen entre 250 y 350 toneladas de droga anuales, con un valor en la calle de entre US$ 6.250 millones y US$ 8.750 millones.