Hoy ante una multitud reunida en la sede del Club Nacional de Football se despidieron los restos de Juan Manuel Izquierdo.

La cobertura periodística conllevó una responsabilidad importante y mucho respeto.
El fútbol uruguayo ha tenido golpes duros en cuanto a pérdidas, pocas veces se vivió algo así y no es exageración.

La voz al aire en Radio Universal se entrecortaba y el cuerpo temblaba. Una mezcla de angustia y emoción por lo que se veía en la sede de Nacional. Apreciar a su familia y amigos envueltos en tanto dolor quebrantada el corazón más duro.

Hoy se presenciaron ancianos con bastones haciendose lugar entre la multitud, a un señor ciego que pedía ayuda para poder llegar al feretro de Juan, a un niño llorando a mares con la camiseta de Peñarol arriba de los hombros de su padre.

Este mediodía pudo verse a una sociedad futbolera (y no futbolera también) unida en gran pena y eso conmovió de una manera brutal. El canto de “Ni la muerte nos va a separar” mientras Juan iba camino al coche fúnebre provocó algo muy fuerte. Y esa canción la entonaron hinchas de diferentes equipos.

Todos los estamentos del fútbol estuvieron allí: Dirigentes, jugadores de todos lados, entrenadores, árbitros, utileros, médicos, profes, representantes, hinchas, periodistas, etc.

Todos acompañando a la familia de Juan y despiéndolo como merece.
Se lo a extrañar al “negrón”, como lo llamaban muchos cariñosamente.
Volá alto y gracias por tanta enseñanza. Tu huella será eterna.