En el marco de la 8ª Venezuela y Uruguay igualaron 0 a 0 en un Estadio Monumental de Maturín bajo lluvia.
La celeste no había jugado bien ante Paraguay, hoy lo hizo peor, dio un paso atrás en cuanto a lo futbolístico y el punto terminó siendo valioso. El gran responsable de esto sumar esta noche fue, sin dudas, Sergio Rochet.
Es verdad que se presentaron bajas muy importantes pero no puede maquillarse el mal rendimiento. El equipo A está a años luz del que compitió esta noche, por más que tuvo algunos titulares.
Asustó la imprecisión brutal en el manejo de pelota. No era necesario que Venezuela la recupere porque Uruguay mismo la regalaba. Salvo algunas exepciones se vieron rendimientos individuales insuficientes.
Por Sergio Rochet es que el seleccionado nacional cosechó dos unidades en esta doble fecha. Hoy Santiago Bueno se mostró como el más sólido abajo, Guillermo Varela cumplió y el que no desentonó para nada en el medio fue Emiliano Martínez.
Inentendible en cuanto al juego que Cristian Olivera haya jugado todos los minutos, Brian Rodríguez totalmente intrascendente, Maxi Araújo lejos de su nivel y Facundo Pellistri demasiado poco para lo que puede dar.
Facundo Torres ingresó y el entrenador lo sacó para corregir sus propios errores. A Miguel Merentiel no lo habilitaron una vez e, increiblemente, Luciano Rodríguez no tuvo un minuto en ninguno de los dos juegos.
Marcelo Bielsa no fue un Dios (como muchos lo etiquetaron) cuando se le ganó a Brasil y a Argentina, ahora tampoco es el diablo. Sí hay que señalar que esta vez cuesta entender algunas de sus decisiones.
Celebramos y admiramos cuando las convicciones son firmes y claras. Hay que tener mucho cuidado para que esas convicciones no se transformen en caprichos. Cuando un jugador no gana un solo duelo y no gravita en nada, hay que cambiar, sea quien sea.
Venezuela hizo méritos y debió ganar pero esto no es por merecimientos y se topó con un Rochet muy lúcido.
En el final el árbitro pudo pitar penal a favor de Uruguay por una mano.