Columna del profesor Alejandro Giménez

 

Antes de la fundación de la villa

 En 1502 Américo Vespucio es el primer europeo en divisar el Cerro de Montevideo, al que llamó “Pinachullo detentio” (Elevación frente a la que se detienen las naves). Luego la expedición de Hernando de Magallanes dio el nombre a lo que hoy es la ciudad en 1520, “Monte vide eu” o “Monte VI d E a O. 

Una cuna de inmigrantes

El gobierno de Fructuoso Rivera, primero del país independiente, encara la llegada de inmigrantes para poblar el flamante país. Así el Ministro Lucas Obes sugiere la traída de canarios, vascos, alemanes y franceses. El Estado entregó a Antonio Montero los terrenos, como parte de deudas que tenía con ese empresario, para que construyera el nuevo centro poblado. También participó en este emprendimiento Samuel Lafone, notorio hombre de negocios inglés.

El decreto del gobierno del 9 de setiembre de 1834 establece que “En la falda meridional que da nombre a esta capital, se formará una población con el  título de villa (…)”. El nombre oficial sería “Cosmópolis”, por el carácter multinacional de su población, no sin antes manejarse otros como Sarandí, Ituzaingó, batallas en las guerras victoriosas en la guerra de independencia, y hasta Oribe, en honor al vencedor de los brasileños en ese lugar en febrero de 1826. 

Un censo en 1852 registra 700 habitantes, y crece la llegada de europeos, sobre todo italianos. El aumento de población hace necesaria la creación de su primera escuela en 1859, la número 29 y en el ‘79 la llegada del tranvía de caballos.    

 Saladeros … y frigoríficos

Las tareas de chacra y pastoreo van tomando importancia en la zona, como medio de vida de aquellos pobladores, y ni que hablar los saladeros y luego los frigoríficos, identitarios del lugar. Tal es así que en 1885 habitaban la villa 3200 almas y quince años después eran 9000, afincada en un sitio que era lugar de apoyo para el extranjero, demostrado en los nombres de sus calles (Grecia, Francia, Portugal, Rusia, Prusia. Lituania). 

Iniciado el siglo XX, los frigoríficos aplican el nuevo sistema de conservación de carnes, a través del enfriamiento y la congelación. El primero en Puntas de Sayago fue la Frigorífica Uruguaya en 1904; el segundo fue el Montevideo en 1911, transformado en el Swift en 1913; y el tercero el Artigas, en 1917. Los frigoríficos consolidaron una identidad en torno al trabajo y a la solidaridad, con momentos prósperos en los años ´40 y parte de los ´50; y de crisis, a partir de fines de los ‘50 y hasta la Dictadura iniciada en 1973, con sus tormentosos años previos.  

La pasión que divide en dos el barrio

El historiador Rodolfo Porrini habla de “una comunidad obrera”. Y en esa comunidad, no podía faltar nuestra pasión, el fútbol. La liga de Football se funda en el Cerro en 1908, pero la primera gran cancha fue el Parque Chimont, nombre surgido de Chicago y Montevideo, en donde estaba el Frigorífico Swift, erigida entre 1912 y 14, la que luego fue usada por el Rampla Juniors Fútbol Club. También fue conocida como cancha del Swift y hoy como de la Marina. En 1920 los empresarios del Swift crearon el campo de golf de la zona.

Hablando de Rampla, había nacido en enero de 1914 en la zona de la Aduana, frente al Mercado del Puerto, y en el ‘19 se traslada al Cerro. En diciembre del ´22 un rapto de sentimiento localista impulsa la fundación del Club Atlético Cerro. El clásico de la Villa es el segundo más antiguo de nuestro  fútbol. El primero se disputó en abril de 1927, resultando ganador el team rojiverde por 2 a 0, mismo año en que se consagró campeón uruguayo, aún en el amateurismo.                           

Artistas con “la ciudad a sus pies” 

Quizás el lugar más emblemático en lo que tiene que ver con la música fue el recordado Parador del Cerro. Abierto en 1965 por un empresario llamado Everly Rodríguez, el lugar se fue convirtiendo en un clásico para uruguayos y turistas. Tenía entonces 25 años y lo explotó hasta 1990.  Hoy gestiona Radio Clarín.

Con el slogan “Le ponemos la ciudad a sus pies”, recibió a estrellas como Edmundo Rivero, Mercedes Sosa, Joan Manuel Serrat, Raphael, Trío Los Panchos, Vinicius de Moraes, Astor Piazzolla, Los Chalchaleros, Los Olimareños, Alfredo Zitarrosa,  y hasta la porno diputada húngara-italiana Ilona Staller, conocida como “La Cicciolina”, que dio una conferencia de prensa y un show en el local, que el periodista Diego Zas en su libro “Los ‘90 en Uruguay. Relatos de una década bisagra” tituló “Vayan pelando las tetas : la Cicciolina en Uruguay”, episodio de enero de 1990. Con otros dueños, funcionó como tal hasta 2001, cuando la zona y el inmueble se tugurizaron. 

Ocupado y destrozado por los tupamaros en diciembre de 1970, en esos tiempos convulsionados fue escenario de un hecho increíble, cuando el cantor de tango argentino Héctor Mauré fue detenido por las fuerzas conjuntas en un procedimiento.

El proyecto que tiene la Intendencia hoy para el lugar es el llamado Balcón del Cerro, un espacio cultural que va en la línea de contribuir a la mejora de una zona histórica, que merece volver a ser disfrutada por habitantes y visitantes.