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En el proyecto de ley de Presupuesto si hay algo que ha generado polémica es la inclusión del llamado Impuesto Mínimo Global en Uruguay. Esto se ha denominado Impuesto Mínimo Complementario Doméstico y es el cambio tributario más importante incluido en el Presupuesto. Esto generó polémica tanto en parte de la oposición como en las zonas francas por el posible impacto en las inversiones que recibe Uruguay. Hoy el Ministerio de Economía y Finanzas está presentando una nueva redacción de este Impuesto Mínimo Complementario Doméstico y de eso vamos a hablar en este Que Alguien lo Explique.

Vamos a empezar por repasar que es el Impuesto Mínimo Global. Este tributo cobra 15% a las ganancias totales que obtienen las empresas que facturen más de 750 millones de euros al año, sin importar en que país o países estén localizadas.

Esto surgió en el ámbito del Marco Inclusivo de la OCDE y el G-20 sobre BEPS. Es un ámbito donde los países desarrollados querían dejar de perder recaudación por empresas que instalaban sus casas matrices en países con baja o nula tributación.

Por ejemplo, muchas multinacionales como Google, Meta, Amazon y otras tienen oficinas importantes para el continente europeo en Irlanda, un país donde tributan menos que en otros de Europa.

Esta competencia fiscal por inversiones es lo que los países centrales quieren eliminar y recuperar entonces parte de la recaudación de impuestos que dejaron de percibir.

Para Uruguay esto supone un desafío, pero también una oportunidad de aumentar su recaudación.
En el año 2021, 142 países (Uruguay entre ellos) suscribieron el Impuesto Mínimo Global, que grava con 15% a las empresas que facturen más de 750 millones de euros al año.

Entre esos 142 países estaba Estados Unidos, de hecho la administración de Joe Biden era una de las impulsoras de este tributo, pero con la llegada de Donald Trump al gobierno Estados Unidos “se bajó” del acuerdo.

Actualmente el Impuesto Mínimo Global está vigente en 53 países (cabe mencionar que eran 35 en 2024).
Uruguay hasta ahora no había hecho nada con este tributo, pero ya hay empresas ubicadas en el país que tienen que pagarlo en donde tienen sus casas matrices por sus operaciones aquí.

Pongamos un ejemplo. Una multinacional que en toda su actividad factura más de 750 millones, que tiene oficinas o una fábrica en zona franca uruguaya y su sede está en un país que aplica el tributo. Hasta el Impuesto Mínimo Global, esa empresa pagaba $ 0 por su operación en Uruguay. Con el impuesto pasó a pagar en su casa matriz 15% por sus ganancias en Uruguay, aunque esté en zona franca.

Con el objetivo de reducir el déficit fiscal y viendo que otros países se están llevando recaudación por operaciones de empresas que están en Uruguay, el gobierno de Yamandú Orsi puso en el proyecto de ley de Presupuesto la implementación del Impuesto Mínimo Global.

En Uruguay se le denomina Impuesto Mínimo Complementario Doméstico.

El Impuesto Mínimo Complementario Doméstico supone que la empresa multinacional paga por su operación en Uruguay el 15% y eso lo puede descontar la casa matriz en su país de origen.

Esa fue la idea esbozada por el ministro de Economía y Finanzas, Gabriel Oddone cuando se presentó el Presupuesto: que el impuesto sea “neutro” para las empresas, es decir que no termine siendo un tributo adicional al que ya pagan en su casa matriz.

Para que esto sea así, la OCDE establece ciertas reglas, por eso la redacción del Impuesto Mínimo Complementario Doméstico tiene en cuenta todos los aspectos que lo haga pasible de ser descontado por la empresa.

Sin embargo, esa redacción generó mucha preocupación por parte de las zonas francas, porque entienden que Uruguay podría estar violando la ley de zonas francas. La ley establece que las empresas allí instaladas están exoneradas de todo tributo vigente o a crearse.

De hecho, el presidente de la Cámara de Zonas Francas, Enrique Buero, dijo aquí en Punto de Encuentro que empresas que actualmente no pagan el Impuesto Mínimo Global estaban muy preocupadas porque la redacción del Impuesto Mínimo Complementario Doméstico no era clara que la dejaran fuera del tributo.
Buero señaló que unas 40 empresas en zonas francas estarían impactadas por el impuesto.
Hasta ahí tenemos el impuesto y sus repercusiones. Pero, ayer se dio un cambio que busca justamente contemplar estas preocupaciones de las zonas francas.

El ministro de Economía y Finanzas, Gabriel Oddone expuso ayer en el evento «Crecimiento: lo que Uruguay precisa», organizado por la fundación Disciplinas Aplicadas al Trabajo (DAT) que impulsa el senador colorado Pedro Bordaberry.

Allí Oddone anunció cambios en la redacción del Impuesto Mínimo Complementario Doméstico, tras obtener el visto bueno de la OCDE.

Entonces, con la modificación que lleva hoy el Ministerio de Economía y Finanzas al Parlament, las empresas cuyas casas matrices ya pagan el Impuesto Mínimo Global en otro país (incluida la parte uruguaya de sus rentas), pasarán a pagar el Impuesto Mínimo Complementario Doméstico por la parte que corresponde a Uruguay.

A su vez, la nueva redacción dejará establecido que aquellas empresas cuyas casas matrices actualmente no pagan el Impuesto Mínimo Global en otros países, tampoco deberán pagar el Impuesto Mínimo Complementario Doméstico.

Oddone habló de las críticas que recibieron por este tributo y dijo que son legítimas, pero también pidió no hacer un daño al Uruguay con algunas declaraciones.

Allí Oddone mencionó que algunos miembros del sistema político dijeron que esto es la ‘kirchnerización’ de la política económica de Uruguay. Eso hace referencia a declaraciones del diputado por Maldonado del Partido Nacional, Diego Echeverría quien dijo que es “kirchnerismo tributario que atenta contra la inversión y el empleo”, en referencia a otro impuesto: el que grava con IRPF a las ganancias de capital por activos en el exterior.

Más allá de esto, la nueva solución que lleva el Ministerio de Economía y Finanzas al Parlamento para el Impuesto Mínimo Complementario daría la seguridad jurídica que buscan preservar las zonas francas para atraer inversiones.

¿Por qué a una empresa que ya paga el Impuesto Mínimo Global en su país de origen le serviría pagar el tributo en Uruguay por la parte de sus ganancias que obtiene en el país?

Esto es porque la OCDE prevé ciertos mecanismos de créditos fiscales que la empresa podría obtener y que se pueden implementar. Son beneficios acotados en comparación con la exoneración total que tenían, pero es algo.
Para terminar, Oddone también planteó ayer a los empresas que sean más audaces, que piensen “fuera de la caja”.