Lo informó el Instituto Nacional de Donación de Transplantes , Tejidos y Órganos. Cada día hay medio millar de uruguayos esperando un órgano para ser receptor del mismo y mejorar su calidad de vida. Pero aquí comienza el problema. Uno de los transplantes más habituales es el de riñón (es el 80% de las donaciones).

El tiempo de espera desde que se anuncia que el riñón está disponible, hasta el trasplante, puede ser de casi dos años o mas. Desgraciadamente hay personas que fallecen durante la espera. Datos concretos: el año pasado, esperando ser transplantados de un riñón, fallecieron casi 30 personas en edad de seguir siendo útiles a la sociedad. ¿Qué sucede? Hay miedo de que el donante –como cuenta la leyenda urbana- no esté fallecido y se le quite el riñón para ser transplantado en otro paciente? ¿El inmenso aparato burocrático no se mueve como debe? Nos alarmamos de ataques terroristas, de niños que fuman porros en nuestras calles, de empleados públicos que cobran sueldos de marqueses…Y cuándo dejaremos de temer cuando se nos hable del transplante de órganos?