La noticia apareció en el diario El Observador. Insólita. En el Centro Hospitalario Pereira Rossell hay una sala llena de recién nacidos abandonados por su familia. Es la maternidad más grande del país, donde nacen 7.500 niños por año. Ahora hay cinco bebés, pero hace un mes eran 13 y periódicamente se renuevan.

Hay algunos que ingresaron hace días, pero otros lo hicieron hace varios meses. Están a la espera de que el Poder Judicial decida sobre su futuro. Cada uno tiene una cuna o incubadora, su manta, su ropa y ese lugar se transformó en su hogar provisorio. Están en una sala de cuidados moderados, en la que varias enfermeras los atienden las 24 horas del día. Pero eso no es equiparable a una familia. «Los niños que están en la sala no están siendo mimados, cuidados, pero sí están atendidos en el sistema de salud. Los recién nacidos requieren más cosas que no son propias del sistema: el mimo, el cuidado, la atención. En un pequeño de 0 a 3 años eso es esencial», reconoció a El Observador Fanny González, directora de los programas del Instituto del Niño y del Adolescente (INAU). La directora del Hospital de la Mujer del Pereira Rossell, Mara Castro, trabaja desde hace 20 años en esa sala y aseguró que el desvínculo de las madres con sus hijos es una problemática social que se arrastra desde hace muchísimos años. Sin embargo, el neonatólogo grado cinco y encargado del Departamento de Neonatología del Pereira Rossell, Daniel Borbonet, indicó a El Observador que en los últimos años ha aumentado la cantidad de niños que el hospital recibe en esa condición.

FUENTE: EL OBSERVADOR