Un tiroteo en Múnich desató el caos y el pánico en la tarde del viernes. Aunque las primeras versiones hablaban de tres pistoleros que dispararon a transeúntes y clientes de un restaurante, la policía informó de que solo hubo un atacante. El atentado dejó al menos diez muertos -incluido el presunto asesino, que se habría suicidado- y 21 heridos. El autor es un alemán-iraní de 18 procedente de Múnich, según anunció el presidente de la policía de la capital bávara en una rueda de prensa a las dos de la madrugada. Esta misma semana, el Estado de Baviera ya había sufrido un atentado islamista cuando un afgano de 17 años atacó con un hacha a varios pasajeros de un tren regional.

El caos se apoderó el viernes del centro de Alemania. El tiroteo en un restaurante de la cadena McDonald’s frente a un centro comercial de Múnich, próximo al parque olímpico, dejó por la tarde al menos diez muertos, entre ellos el que parece que fue el asaltante. Al principio se habló de tres agresores que se habrían dado la fuga a través una boca de metro. Un impresionante despliegue policial comenzó en la capital bávara para tratar de encontrar a los responsables de la matanza. En una muestra de la desesperación ante las dificultades para dar con los terroristas, la policía de Múnich pidió a los ciudadanos que abandonaran los espacios públicos.

 

«Hemos encontrado a un hombre que se ha suicidado», indicó la policía a través de Twitter. «Suponemos que se trata del único atacante», añadió poco antes de las dos de la madrugada.

La policía quiso ser cautelosa ante la confusión en torno al tiroteo, pero al final de la tarde un portavoz admitía que todas las sospechas apuntaban a un acto terrorista. Pese a que las autoridades no han dado una cifra oficial de muertos, fuentes policiales hablaban al principio de “al menos seis”, aunque al poco tiempo confirmaron que los fallecidos ascendían a ocho. “Oí a gente gritar cuando vi a la policía llegar corriendo y a gente herida”, aseguró un vecino cercano entrevistado por el canal n-tv. Posteriormente, la policía ha informado en Twitter del hallazgo de otro cadáver. «Hay otra persona muerta, investigamos una posible complicidad’, ha anunciado. La novena víctima sería ‘un suicida’.

El cadáver ha aparecido a un kilómetro del centro comercial y, de acuerdo con la televisión bávara, lleva una mochila roja, como uno de los autores del tiroteo. La policía investiga su contenido con un robot, según esta misma cadena.

La capital bávara vive este atentado cinco días después de la agresión protagonizada por un joven refugiado en un tren, que dejó dos heridos que se debaten entre la vida y la muerte. Lo ocurrido ayer es aún más grave. Los atacantes comenzaron el tiroteo en torno a las 17.50. Las imágenes grabadas en el lugar muestran escenas de pánico, con gente gritando y tratando de ponerse a cubierto.

La situación era caótica. Las fuerzas de seguridad pedían a los ciudadanos que se metieran en sus casas o evitaran los lugares públicos. También solicitaban que no publicaran grabaciones o vídeos para no dar pistas a los responsables del ataque sobre la reacción policial. “No apoyéis a los agresores”, decía un mensaje de la policía de Múnich en Twitter, en alemán y en inglés. En esa red social, la policía también animaba a los ciudadanos a que acogieran a gente que no podía resguardarse en sus casas a través del hashtag #puertasabiertas.

Toda la red de autobuses y metro de la ciudad fue primero desviada para evitar la zona y después suspendida. También fue evacuada la estación central de trenes y se detuvo el tráfico ferroviario. “Creemos que se trata de un tiroteo indiscriminado”, dijo a Reuters una fuente oficial. Otros responsables policiales apuntaban ya a la pista terrorista. Las fuerzas de seguridad alemanas acordonaron un amplio perímetro de seguridad, según las imágenes de los medios de comunicación.

Los sucesos de Múnich siguen a un mes negro para la sensación de seguridad en Europa. El pasado 18 de julio, 84 personas murieron atropelladas por un camión lanzado contra una multitud durante los festejos del 14 de julio, fiesta nacional francesa, en el Paseo de los Ingleses de Niza. El grupo Estado Islámico reivindicó el atentado, así como el del joven afgano en el tren de Baviera. Ambos terroristas yihadistas murieron abatidos por las fuerzas policiales.

Nada más conocer la noticia, el presidente de Estados Unidos, Barack Obama ofreció a Alemania “todo el apoyo que pueda necesitar” aunque evitó realizar valoraciones a la espera de conocer más información sobre una situación “todavía activa”.