Enclavada a orillas del río Cebollatí y con una población permanente que no supera los 1.500 habitantes, La Charqueada se encuentra a 61 kilómetros de Treinta y Tres y es un sitio obligado para todos los turistas que disfruten de la pesca, la naturaleza, de la hospitalidad lugareña y la tranquilidad que da despertarse los 365 días del año con el trinar de los pájaros.
Se llega hasta ese paraíso del departamento de Treinta y Tres por la Ruta Nacional Nº 17, equipada con pavimento asfáltico en la totalidad del trayecto.
Oficialmente el pueblo se llama Gral. Enrique Martínez pero todos los lugareños lo continúan identificando por su nombre original, que debe su existencia a un antiguo saladero en el que se producía “charque” (carne seca).
En el verano, los turistas pueden disfrutar de la playa situada en la orilla rochense del Cebollatí (“un espejo de lindo”), a la que se accede cruzando el cauce del río en un pintoresco paseo en una balsa que transporta también los vehículos de una orilla a otra.
En el Cebollatí abunda la pesca de agua dulce, sobre todo de bagres, tarariras y pejerreyes.
Los amantes de la pesca disponen de excelentes pesqueros para practicar el deporte y los lugareños serán los primeros en facilitarles el traslado y sus descubrimientos.
Desde el puerto los turistas pueden acceder a paseos embarcados hasta la desembocadura del Cebollatí en la Laguna Merín, donde algunos visitantes sostienen que pueden advertirse las arenas más blancas del universo. La travesía es de aproximadamente 26 kilómetros y los navegantes que la realicen podrán disfrutar de un paseo único que no les insumirá más de dos horas y que incluirá el descubrimiento de la Isla del Padre, un sitio casi virgen de abundante vegetación rodeada por el Cebollatí y el arroyo La Sal.
Además, el Cebollatí es ideal para la práctica de deportes náuticos y por ello La Charqueada recibe año a año a centenares de turistas que aguardan el último domingo de Semana de Turismo el arribo de una regata internacional que une Treinta y Tres con la localidad a través de la navegación, primero del río Olimar y luego del Cebollatí.