Ante el aumento en el número de casos notificados de fiebre amarilla por el Ministerio de Salud de Brasil, el director General de la Salud del Ministerio de Salud Pública (MSP) de Uruguay, Jorge Quian, recordó la importancia de la vacunación como medida preventiva y recomendó que en el caso de embarazadas o lactantes, eviten viajar a zonas con presencia de esta enfermedad. Deberán vacunarse todas las personas que viajen a Brasil con excepción de los que visiten las zonas costeras.
El jerarca destacó que tal como lo indica el Reglamento Sanitario Internacional (RSI) (2005), Uruguay exigirá a los viajeros presentar un certificado de vacunación contra la fiebre amarilla cuando provienen de zonas endémicas o con un brote activo o reciente.
En nuestro país la vacuna se administra en el vacunatorio del Puerto de Montevideo perteneciente el Ministerio de Salud o en los vacunatorios dependientes de la Comisión Honoraria para la Lucha Antituberculosa y Enfermedades Prevalentes (CHLA-EP) en las ciudades de Rivera y Salto. El certificado tiene un costo de 0,61 UR.
Por otra parte, aclaró Quian, que la vacuna debe suministrarse por lo menos 10 días previos a la visita del lugar, a menos que pertenezcan al grupo en el que esté contraindicada, como lo son embarazadas, lactantes o mayores de 60 años.
Medidas de prevención:
• Evitar las picaduras de insectos, especialmente mosquitos, mediante el uso de repelentes y ropa adecuada.
• Todas aquellas personas que viajen a Brasil, excepto a las zonas costeras, por lo menos 10 días antes de la visita al lugar deben vacunarse contra la Fiebre Amarilla salvo que exista contraindicación.
Las contraindicaciones para la administración de la vacuna son:
Alergia específica a las proteínas del huevo, la lactosa u otro componente de la vacuna. 2. Inmunodepresión por cualquier causa. 3. Niños menores de 6 meses. 4. Enfermedad febril grave en curso. 5. Mujeres embarazadas.
Situaciones especiales y precauciones:
• Niños entre 6 y 8 meses. Solo podría valorarse su administración durante las epidemias, en situaciones de muy alto riesgo y con el aval del pediatra tratante.
• Personas de 60 años y más. El envejecimiento fisiológico del sistema inmune puede incrementar la incidencia de efectos adversos potencialmente graves. En estos casos sólo se le administrará la vacuna si existe un riesgo considerable de contraer la infección, y presentando un certificado médico que avale que puede recibir la vacuna.
• Embarazo. Excepcionalmente podría administrarse esta vacuna y requiere del aval del médico tratante. Si bien no se ha demostrado un aumento de eventos adversos durante el embarazo o en recién nacidos luego de administrada la vacuna, no se cuenta con estudios específicos. También se recomienda evitar el embarazo en las 4 semanas siguientes a la administración de la vacuna.
• Lactancia materna. La mujer en lactancia natural no debería ser vacunada por el riesgo de transmisión de la cepa vacunal a través de la leche materna al lactante.