Mientras Donald Trump se instalaba en la Casa Blanca, la «resistencia» de sus detractores que prometen extender las protestas a todo el país, ya se hicieron presentes. En Washington, unos 500 manifestantes marcharon, mostraron pancartas, protestaron y rompieron un local de Starbucks.
Ventanales de bancos, locales de comida rápida y tiendas fueron destrozados y varios vehículos resultaron dañados. Contenedores de basura incendiados se observaban también sobre la calzada. Además, hubo tensión con partidarios del republicano, que participaban de un acto de un grupo de extrema derecha.
«Es deplorable» lo que está sucediendo, dijo un hombre partidario de Donald Trump, que llevaba un gorro rojo en el que se leía el lema de campaña del nuevo mandatario: «Hacer a Estados Unidos grande nuevamente».
Durante los disturbios se lanzaron objetos frente al edificio del National Press Club, una persona resultó herida, mientras algunos jóvenes encapuchados con máscaras negras incendiaron contenedores de basura y rompieron vidrieras. Agentes antidisturbios intervinieron para normalizar la situación y dispersar a los activistas.
El alcalde demócrata de Nueva York, Bill de Blasio, estrellas de Hollywood como Mark Ruffalo y Alec Baldwin y el cineasta Michael Moore se destacaron en la protesta de este jueves por la noche junto a decenas de miles de neoyorkinos, en inmediaciones de Columbus Circle, bajo una de las torres de Trump.
La imponente marcha contó con la adhesión de diversas organizaciones entre ellas grupos como Greenpeace y MoveOn. Algunas de las consignas coreadas que se escucharon fuerte fueron: «Sexista, racista y antigay. Donald Trump vete» y «Esta es la democracia».
Sobre el palco se mezclaron personalidades políticas y celebridades casi en un show hollywoodense digno de rivalizar con el Inauguration Day.
Cientos de personas se reunieron en las inmediaciones de la plaza DuPont en Washington en una concentración en defensa de la legalización de la marihuana, en paralelo a la investidura del presidente electo Donald Trump, en la que se entregaron de manera gratuita miles de cigarrillos de marihuana.
La convocatoria, organizada por el grupo DCMJ que impulsó la legalización de la marihuana en la capital estadounidense, busca alertar contra una hipotética marcha atrás en el proceso de liberalización de su consumo en Estados Unidos.