La tercera parte de la comida rápida disponible en el mercado contiene químicos fluorados que son sumamente peligrosos para la salud, pues pueden provocar cáncer de riñón y testículos, problemas de tiroides, infertilidad y alterar el funcionamiento del sistema inmunológico.
Los químicos, llamados científicamente “per y polifluoroalquilos” (PFAS), fueron encontrados en hamburguesas, pizzas, papas fritas, postres y panes empaquetados. Esto sin contar las grandes cantidades de grasa, azúcar y sal que contienen estos alimentos.
Así lo reveló una investigación realizada por el Silent Spring Institute en más de 400 muestras de 27 cadenas de restaurantes de comida rápida en EE.UU.
Los PFAs también están presentes en productos antiadherentes, resistentes a las manchas e impermeables, como alfombras, utensilios de cocina y accesorios que se utilizan al aire libre.
Los niños son los más afectados por este tipo de sustancias, pues al encontrarse en pleno desarrollo sus cuerpos son más vulnerables a los efectos de estos químicos peligrosos. Se calcula que en EEUU, un tercio de los niños consume comida rápida diariamente.
Adicionalmente estos químicos pueden contaminar los suelos y el agua que, de una u otra forma, consumimos.