Uno de los hombres más sanguinarios de la historia fue sin duda Adolf Hitler, su carácter y facilidad para encantar a las masas hizo que millones de alemanes apoyaran el exterminio de los judíos y otras atrocidades; sin embargo, hubo un nazi que lo superó en maldad.
Se trata de Reinhard Heydrich, considerado por muchos historiadores como la figura más oscura dentro de la élite nazi.
Reinhard Heydrich era un virtuoso del violín, practicante de esgrima, buen jinete, marino, aviador experto y más. Dentro de su personalidad extrovertida se escondía a un obseso sexual, asesino y torturador.
Nacido en 1904 en el seno de una familia culta de clase media, Heydrich aprendió desde muy pequeño el gusto por la música, el arte y el poder. Cuando tenía 16 años decidió unirse al nazismo y desde entonces fue conocido como el ‘Hombre del Corazón de Hierro’.
Reinhard Heydrich tuvo una carrera militar notable, pronto ascendió a la jefatura de policía de la organización militar nazi. Y junto a Himmler, uno de los miembros más importantes de las SS, se hicieron con el poder de la Gestapo y la Policía Criminal. Su cargó máximo fue el de director de la Oficina Central de Seguridad del Reich.
La “Bestia Rubia”, como lo llamaban sus víctimas, era tan temida como odiada. Siempre lideró los actos más violentos y solo lloraba cuando tocaba el violín. Tenía ideas malignas sobre cómo asesinar en masa y deshacerse de los cuerpos. Le interesaba la exterminación masiva de los esclavos, judíos, homosexuales y gitanos.
Sin embargo, sus sueños malignos fueron truncados el 27 de mayo de 1942 por un comando checoslovaco que lo emboscó y baleó. Heydrich murió como consecuencia de una septicemia provocada por sus heridas una semana más tarde.
Su muerte no fue el término de la maldad. La inteligencia nazi vinculó falsamente a los habitantes checos de Lídice y Ležáky y como venganza arrasaron con el pueblo. Ejecutaron a todos los varones desde los 16 años y las mujeres y niños fueron enviados a los campos de concentración.