El debilitado presidente de Brasil, Michel Temer, decretó hoy la intervención de las Fuerzas Armadas para «garantizar la ley y el orden» en Brasilia, luego que miles de manifestantes reclamaron su renuncia en protestas que dejaron como saldo choques con la policía y el incendio de tres ministerios, y que provocaron la evacuación de edificios públicos en la capital del país.
«El presidente dice que es inaceptable el desorden, el descontrol y que no permitirá que actos como estos vengan a empañar el proceso que se desarrolla de manera democrática y en respeto a las manifestaciones», dijo el ministro de Defensa, Raúl Jungmann, en un pronunciamiento por la TV estatal, el canal NBR.
La vía libre para la intervención militar de las calles del Distrito Federal fue publicada en una edición extra del Diario Oficial de la Unión. La medida tiene vigencia hasta el 31 de este mes.
«Esto es una dictadura, ni el gobierno de los militares hacía esto. Este gobierno no puede tolerar una manifestación en su contra. Esta protesta era convocada por sindicatos y movimientos sociales y la policía los provocó reprimiendo y todo derivó en otra cosa», dijo a pocos metros de los edificios incendiados, dentro de la Cámara de Diputados, el jefe del bloque del opositor Partido de los Trabajadores (PT), el legislador Carlos Zarattini.
El presidente de la Cámara de Diputados y número dos del país, Rodrigo Maia, fue quien pidió a Temer reforzar la seguridad en Brasilia.
«Yo le pedí a Temer que pusiera la Fuerza Nacional (tropa de elite de la policía)» pero no el Ejército, dijo en medio de la sesión de Diputados Maia, comentando la decisión del mandatario.