Desde hace ya tiempo los humoristas se quejan de que no pueden hacer chistes porque todo es ofensivo para alguien. Hay que tener tanto cuidado con lo que se dice y cómo se dice, que lo mejor parece que es no decir nada. ¿Tienen razón y estamos bajo el control de lo políticamente correcto? ¿Acaso el humor que siempre explotó la semiosis social del diferente y las minorías está ante el desafío de verse al espejo y reírse de sí mismo? ¿Qué tiene para decir el estudio de los signos al respecto?