Por Gonzalo Hernández Waller (@gonzalohzw)
Stanley Kubrick nació en Nueva York, el 26 de julio de 1928, y murió en el Reino Unido, el 7 de marzo de 1999. Entre esos años, Kubrick filmo 12 largometrajes que le valieron el ser considerado por muchos como uno de los más influyentes e importantes directores de la historia del cine. En esta columna lo homenajeamos repasando algunos datos y particularidades de su vida y producción.
De niño manifestó un gran interés por la fotografía, el jazz y el ajedrez. Su gusto por la captura de imágenes lo cultivo practicando con una cámara reflex que le regalaron sus padres. A los 16 años entro como fotógrafo en la revista Look. Por 5 años hizo periodismo fotográfico. Allí tuvo la posibilidad de “conocer el mundo”, según sus propias palabras. Desarrollo su estilo fotográfico y aprendió mucho de la técnica que más adelante aplicaría en sus películas. Su melomanía y su afición al ajedrez también serian elementos muy importantes de su cinematografía.
Su pasión por la música lo llevo a realizar una gran labor en las bandas sonoras de sus películas. Muchas veces llego a prescindir del compositor, como en 2001 Odisea del Espacio, en la cual descarto la banda sonora original de Alex North y la reemplazo por música ya existente pero con gran criterio, utilizándola al servicio de reforzar imágenes o crear nuevos significados de la mezcla imagen-sonido.
Su interés por el ajedrez lo hizo ser muy perfeccionista (o tal vez el ser perfeccionista lo acerco al ajedrez). En varias de sus películas se puede apreciar el uso de la simetría y una composición meticulosa de los planos. Usa la simetría sobre todo para generar tensión, ya que cuando todo es tan perfecto el espectador espera que algo pase. También la usa para evidenciar la naturaleza o el comportamiento de los personajes, ya que en los planos simétricos suele haber una persona o criatura que rompe esa simetría. Kubrick es famoso por ser sumamente meticuloso y preocuparse por todos los detalles. Hacía el mismo las escenas con cámara en mano. Elegía también los muebles y la cubertería para los decorados, así como el vestuario. Recorría una y otra vez los sets para asegurarse de que todo estuviera funcionando correctamente.
En 1953 realizo su primer largometraje, llamado Miedo y Deseo. Le costó 13000 dólares y lo financio con préstamos de familiares. La película tuvo pérdidas pero, cuando alcanzo el éxito con posteriores realizaciones, devolvió el dinero que le habían prestado.
En 1968 estreno la que seguramente sea su obra más innovadora y revolucionaria: 2001, Odisea del Espacio. Tuvo un presupuesto de 10 millones de dólares. Contiene solo 40 minutos de dialogo para un metraje de 141 minutos. Y es que el verdadero valor de la película radica en la edición. Los efectos especiales fueron muy vanguardistas e introdujeron elementos nunca antes vistos hasta ese momento, levantando la moral de un género bastante ignorado hasta entonces. Este largometraje le valió a Kubrick su único premio Oscar a Mejores Efectos Visuales. En el, el director demuestra su maestría tanto narrativa como visual, ya que logra transmitir ideas complejas de forma magistral. Hace uso, una vez más, de la simetría en la construcción de planos memorables, tanto por su composición como por su simbolismo.
El 7 de marzo de 1999, cuatro días después de brindar una sesión privada para su familia y actores de su último film, Eyes Wide Shut, murió de un ataque cardiaco mientras dormía. Tenía 70 años. Sus 12 películas, pocas para lo que suele filmar un director de Hollywood promedio, su meticulosidad, su inteligencia, dedicación y enorme talento, lo convirtieron en uno de los directores más importantes del cine y, aunque ya no esté físicamente, es posible verlo, quizá como a ningún otro director, en cada una de sus películas. Por haberle dado tanto a esto que nos apasiona, Feliz cumpleaños Stanley.
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