El lanzamiento de la XII Semana de la Salud Bucal incluyó la participación del prosecretario de Presidencia, Juan Andrés Roballo, el ministro de Salud Pública, Jorge Basso, la directora del Consejo de Educación Inicial y Primaria, Irupé Buzzetti, la directora del Programa de Salud Bucal, Laura Miller, y la impulsora de este programa, María Auxiliadora Delgado.
El ministro Basso subrayó que, cuando se habla de la salud integral, no se puede olvidar del componente relacionado con la salud bucal. Según valoró, el desafío es trabajar en ámbitos educativos sobre las prácticas de alimentación e higiene bucal, que se deben incorporar desde las edades más tempranas.
En ese sentido, este programa funciona desde 2005 y extendió progresivamente su cobertura para llegar a las escuelas rurales más alejadas, donde se realizan actividades de prevención y también de asistencia.
En la actualidad, el programa trabaja con 18 móviles, que atienden a 75.000 niños. La meta para este año es alcanzar a 940 escuelas, 725 de las cuales son rurales y las restantes 215 urbanas. Trabajan en el programa 81 odontólogos y 10 higienistas.
El objetivo es llegar con material educativo al 100 % de las escuelas públicas y privadas, así como consolidar las mejoras que generarán adultos con menos problemas de salud bucal.
Por su parte, Roballo resaltó que el Programa de Salud Bucal es una acción prioritaria para el Gobierno. “Forma parte de las políticas públicas del Estado porque está destinado a atender necesidades y derechos básicos de una población a la que especialmente le tenemos que prestar atención”, sostuvo.
Añadió que el programa transversaliza la acción institucional de los organismos públicos y que también se desarrolla con instituciones privadas, condición que consideró como imprescindible para su correcta implementación.
También indicó que impacta en la educación, en la prevención, en la salud y en la inclusión social. “Cuando un niño se ríe y se tapa la boca evitando la burla de sus compañeros, hay un problema. No es un aspecto menor”, detalló.
Buzzetti, en tanto, manifestó que este programa se sustenta y es de alta visibilidad con poco protagonismo de personas, porque es una construcción colectiva. Reconoció el rol de Delgado, quien “le puso el corazón, el alma, que puso entusiasmo al querer ver sonrisas”. Asimismo destacó la labor de los maestros que recibieron a odontólogos e higienistas y trabajaron juntos, ya que también formaron parte del proyecto.